Sus 23 puntos en lo que va de la Liga de España le hacen soñar con competiciones europeas, aunque también mantiene los pies en la tierra.
Osasuna es un club humilde, de raza que apela a la valentía y la representación de un pueblo que trabaja, no se rinde y pelea por el triunfo. Pero su ADN va más allá de la lucha por ganar: posee un proyecto que hoy le tiene a punto de zona de Champions League. Sus 23 puntos en lo que va de la Liga de España le hacen soñar con competiciones europeas, aunque también mantiene los pies en la tierra.
Fundado el 24 de octubre de 1920 en el Café Kutz, un local de la Plaza del Castillo de Pamplona, se ha caracterizado por ser un equipo de arraigo, con vaivenes, pero que hoy se encuentra en un estado óptimo a nivel deportivo y financiero que guarda un respeto irrestricto al arraigo social con la comunidad y es capaz de jugarle al tú por tú con los grandes de balompié ibérico como el Real Madrid y el Sevilla.
“Osasuna es un sentimiento, una forma de vivir”, sostiene en entrevista con ESTO, Braulio Vázquez, director deportivo del club.
“El equipo es de la sociedad de Navarra: gente trabajadora, que lo da todo, que va de cara. Eso es lo que se refleja en el campo. Somos un club humilde, pero estamos muy satisfechos de lo que hemos logrado, pero sobre todo, del cómo lo hemos conseguido: jugando bien: empatamos en el Bernabéu, le ganamos al Sevilla, hemos dado un paso hacia adelante, estamos jugando mejor que el año pasado. A nivel de puntaje estamos parecidos con el año anterior, pero a nivel de sensaciones estamos mejor”, remata optimista el dirigente del conjunto navarro.