Ana María, de 40 años y con discapacidad motriz, vivía en una casa de láminas de cartón a la que dos hombres prendieron fuego
Chimalhuacán, Méx.— Han pasado 12 días de que Ana María, una mujer de 40 años con discapacidad motriz, murió quemada en la casita de láminas de cartón que habitaba, luego de que un drogadicto le prendiera fuego en complicidad con otro hombre. Su cuerpo aún permanece en el Servicio Médico Forense de Chimalhuacán porque su padrastro no puede comprobar con documentos que era su familiar.
Laura, una activista que funge como enlace de Antonio, un hombre de la tercera edad, quien se hizo cargo de Ana María desde que era niña, contó que si no tiene manera de corroborar que legalmente tenía la patria potestad las mismas autoridades se harán cargo de la inhumación en el lugar que determinen.
“En última junta que tuvo Antonio con autoridades de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México le dijeron que como no era el padre biológico de Ana María no le podían entregar el cuerpo y no podían hacer nada para que eso ocurriera”, dijo Laura.
“Le dijeron que iban a hacer un retrato forense de Ana María para ver si salía familia de ella, pero no nos ha buscado de la fiscalía porque nosotros quedamos como enlace para avisarle a Antonio lo que ocurriera, pero ya no nos informaron nada hasta hoy (lunes) y yo creo que en lo que resta del año ya no van a hacer nada”, relató.
“A mí me dijeron que si no encontraban a ningún familiar iban a sepultar a Ana María en un lugar solo para ella, pero pues no hay que confiar mucho en la fiscalía porque dicen una cosa y luego no lo hacen, me dijeron que un cuerpo solo puede estar en el Semefo 40 días y pues después lo tendrían que llevar al panteón que ellos decidan”, comentó.
El 14 de diciembre, dos presuntos drogadictos prendieron fuego a la vivienda precaria donde residía Ana María con Antonio, ubicada en la colonia Progreso de Oriente, en el municipio de Chimalhuacán, pero como la mujer con discapacidad no se valía por sí misma y quedó atrapada entre las llamas y murió calcinada.
Ana María estaba con seis de sus perros, cinco de los cuales también murieron, uno de ellos quedó herido y la Camada Nitin Neza se hizo cargo de él para cuidarlo y atenderlo. Antonio no se encontraba en el inmueble, cuando regresó le informaron los vecinos lo que había ocurrido.
Los residentes trataron de auxiliar a Ana María, pero el fuego se extendió muy rápido en el predio donde habían edificado su casucha y ya no pudieron rescatarla.
Lo que sí pudieron hacer fue detener a “El Quico”, un adicto a las drogas que, en complicidad con otro sujeto, le habrían prendido fuego a la vivienda. Los habitantes de esa comunidad cercana al Río de La Compañía lincharon a “El Quico” por lo que había hecho, el otro sospechoso se dio a la fuga.
“El Quico” fue trasladado a un hospital donde permaneció varios días internado, pero fue dado de alta después de que se recuperó y fue ingresado después al penal Neza Bordo donde enfrentará cargos por la muerte de Ana María y sus mascotas.
Antonio, quien se hizo cargo de ella desde que era una niña, quiere sepultar los restos de la que considera como su hija, pero al no ser su padre biológico no ha podido demostrar que era su tutor
El jueves pasado un grupo de integrantes de colectivos feministas y familiares de víctimas de feminicidio realizaron una protesta en Chimalhuacán para exigir justicia por la muerte de Ana María y para que la fiscalía mexiquense se sensibilizara y reconociera a Antonio como otra víctima para que le entregaran los restos y los pudiera llevar a un panteón.