El insomnio, la apnea del sueño, los malos hábitos o la depresión son algunas posibles explicaciones.
Muchas personas se levantan cada día con una gran dificultad, con una importante sensación de cansancio y pesadez que interfiere en las actividades de la vida diaria, incluso aunque tengan la sensación de haber dormido bien toda la noche.
Son varias las razones por las que puede suceder esto, y hay que señalar que en muchos casos se originan en distintos factores modificables. Por ello, saber identificar el problema puede ser la clave para solucionarlo y encontrar un descanso adecuado.
- Trastornos del sueño e higiene del sueño:
En este sentido, quizás la causa más fácilmente identificable es el insomnio. Se trata del trastorno del sueño más habitual, y se define como la dificultad para conciliar el sueño o para mantenerse dormido, el insomnio va ligado a fenómenos como trastornos de ansiedad, en el que los pensamientos y sensaciones negativas son los que impiden dormir correctamente.
El insomnio no es, el único trastorno del sueño que puede causar este problema. Es muy frecuente también la apnea del sueño, una interrupción frecuente en el correcto flujo de oxígeno al organismo que perjudica el descanso y causa numerosos despertares breves que no obstante a menudo no se recuerdan. Por ello, las personas con apnea del sueño podrían tener la sensación de haber dormido del tirón, y aun así despertarse con sensación de cansancio o con cefalea.
Es posible, con todo, que los problemas para lograr un descanso correcto se deban a algunos malos hábitos en relación a lo que denominamos higiene del sueño. Estos incluyen desde el visionado de pantallas antes de dormir (la luz de las mismas influye en los ritmos circadianos, que son la alternancia de diferentes cambios fisiológicos en el organismo asociados al sueño y a la vigilia), el uso de una cama o unos cojines incómodos, la adopción de malas posturas para dormir, la falta de ejercicio físico habitual en la vida diaria, el mantenimiento de una dieta poco saludable, el uso de estimulantes o los horarios de sueño muy irregulares.
- Otras causas:
En este sentido, cabe destacar el consumo de alcohol, que, aunque en ciertas cantidades pueda parecer que ayuda a dormir en realidad perjudica gravemente la calidad del descanso.
Paradójicamente, algo parecido ocurre con el uso de ciertos fármacos, especialmente aquellos indicados para ayudar a dormir. En esta instancia no se trata de un descanso de mala calidad, sino de que los medicamentos tienen un efecto depresor sobre el sistema nervioso central que persiste más allá del sueño.
Similarmente, ciertas patologías como la depresión, la astenia o la fibromialgia pueden provocar fatiga durante el día y a la hora de despertar, pese a haber dormido y a no haber realizado esfuerzos físicos extenuantes.