Desde que Microsoft decidió adquirir por 7500 millones de dólares ZeniMax Media, empresa matriz de Bethesda, la compañía ha estado dando pistas sobre qué futuros juegos de su catálogo se volverán exclusivos y no llegarán a las consolas de sus rivales. Lo dijo abiertamente con Starfield, más tarde lo dejó caer con The Elder Scrolls VI y, como no hay dos sin tres, también ha afirmado que habrá un tercer juego que tan solo podrá jugarse en sus consolas.
Esta información ha llegado de la propia boca de los abogados de Microsoft, que están metidos de lleno en una batalla legal con Sony debido a la adquisición de Activision Blizzard que, de paso, está sirviendo para airear los trapos sucios planes de futuro de ambas compañías.
“Xbox prevé que tres títulos futuros, (sus nombres aparecen tachados en los documentos públicos), todos los cuales han sido diseñados para jugarse sobre todo en soledad o en pequeños grupos, serán exclusivos para Xbox y PC”, se puede leer en un fragmento de la respuesta de Microsoft a la Comisión Federal de Comercio en relación a la demanda de Sony.