El pasado mes de marzo decía que 'Los tipos malos' podría haber sido una película dirigida y/o producida por Phil Lord y Chris Miller. Que el éxito de 'Spider-Man: Un nuevo universo' sin duda había influido en la realización de aquella producción de Dreamworks Animation... como también lo ha hecho en esta 'El gato con botas: El último deseo', una película, de nuevo, más cercana a lo que suele hacer Sony Pictures Animation que mezcla, de nuevo, animación en 3D y 2D con un resultado francamente arrebatador.
Este es el camino. DreamWorks Animation ha hecho algo que por ejemplo Pixar, Disney o Illumination rara vez se han atrevido a hacer: Jugar con la plasticidad de la animación. No se trata de sacar brillo a una perfección digital que a estas alturas se da por descontado en cualquier producción norteamericana, sino de "jugar" con aquello que hace de la animación algo tan lleno de posibilidades: Su capacidad mutable y maleable. Su estilizada contundencia para deformar la realidad de maneras tan locas como se puedan imaginar.
Si 'El gato con botas: El último deseo' es un placer es, al menos ante los ojos de un adulto, por su viveza narrativa y su dinamismo visual. Gracias a una exquisita animación sin miedo a... probar cosas. A forzar los límites de la animación por ordenador comercial y familiar para que luzca jovial, fresca e impredecible. Es... un nuevo universo repleto de jugosas posibilidades visuales como el del Spider-Man auspiciado por Lord & Miller, el cuál además promete tener continuidad, por ejemplo, en el reino de Muy Muy Lejano...
Es cierto que no hay el mismo ímpetu, entusiasmo o valentía en un guión que tiende a menos a medida que el sentimentalismo le gana terreno a lo aventurero, y que tampoco termina de aprovechar el potencial de su historia y personajes. Pero, como ya ocurría con 'Los tipos malos', tan bien arropada como está por su exquisita técnica "a lo Looney Tunes" la jugada podría ser más redonda, pero no más efectiva. Ritmo trepidante, bromas constantes, divertidos guiños e inspirados hallazgos visuales.
No es que funcione, es que te arrolla al principio y ya no hay paz para los malvados. Aunque pueda desinflarse un poco y su habilidad dramática no esté tan refinada como su habilidad visual. O sea, ¿cómo no le va a gustar a un adulto una película en teoría para críos que se permite guiños como el que hay al mítico "Not the bees!" de Nicolas Cage?