'Todos venimos aquí buscando una vida mejor'.
Antony, salió de su casa en Honduras hace 9 meses, luego de poco más de un mes llego a Piedras Negras en busca de asilo político en Estados Unidos, por lo que tiene alrededor de 8 meses en esta frontera esperando a que se resuelva su situación migratoria.
“Mi ilusión es llegar a Estados Unidos para trabajar, para salir adelante, para tener una mejor vida y poder darles una mejor vida a nuestras familias, Dios sabe que nos somos malos, que lo único que buscamos es poder trabajar y a veces uno está a punto de desmayar y caer en depresión, pero Dios nos da la fortaleza”, expresó. “Mi idea es poder llegar a Estados Unidos y poder trabajar, salir adelante y ayudar a mi familia, sí, nos desesperamos, tantos meses que hemos estado pasando frío, hambre, durmiendo en la calle y medio comiendo nos hace desesperar, pero no queremos cruzar el Río de manera ilegal, queremos hacer las cosas bien”, comentó. Destacó que en ocasiones consiguen trabajo en la construcción por 2 o 3 días, lo que les ha ayudado a poder sobrevivir en esta localidad, “nosotros no somos malos, solo queremos trabajar”.
¿Por qué decides salir de tu país?
“Porque en mi país no hay trabajo, no hay como salir adelante y hay muchas personas malas, que el poco dinero que ganas te lo quitan, nos dice que tenemos que pagar piso para que nos dejen trabajar o para que nos dejen tener un negocio, pero toda nuestra ganancia es para ellos y no tenemos como vivir, no tenemos como mantener a nuestra familia”.
¿Cómo fue tu viaje y cuánto tiempo tardaste en llegar a Piedras Negras?
“Yo tardé poco más de un mes para llegar aquí y mi viaje fue muy difícil, algunos tramos tuvimos que caminarlos y otros los viajamos en el tren, pero se sufre mucho, a veces uno padece de traumas, porque yo viaje en el tren y viene uno con el miedo de poderse caer, ósea, de que se duerma y se caiga uno del tren y la verdad es que el camino es muy largo y muy peligroso. Dios sabe el sacrificio y el sufrimiento que hemos pasado, tanto en nuestro país, como en el camino para llegar hasta aquí y en nuestra estancia en esta frontera, porque también ha sido muy doloroso estar aquí, sin familia, sin amigos, en la calle, sin comida, sin un techo y con el miedo de que las autoridades nos agarren y nos maltraten y que nos regresen a nuestro país”, comentó.
¿En caso de que las autoridades migratorias te lleguen a deportar a tu país, volverías a regresar?
“Yo creo que no, porque no solo el viaje, sino también la espera aquí es muy difícil y riesgosa, nosotros dormimos en la calle y también tenemos miedo de que nos pueda pasar algo, de que alguien nos pueda hacer algo o de que nos llegue a salir un animal y nos muerda, porque dormimos en la calle, no tenemos dinero para dormir en una casa o en un hotel, aunque en mi país la situación es muy difícil, porque venimos huyendo de pandillas y otras cosas, también el camino es difícil, tenemos miedo de que nos secuestren. Nuestra ilusión es llegar a Estados Unidos y trabajar para poder ayudar a la familia, porque yo vengo de una familia que es de escasos recursos, lamentablemente mi mamá ya falleció, pero tengo a mis hermanos y tengo que ayudarles para que puedan tener una mejor vida”, comentó.
¿Te arriesgarías a cruzar por el Río?
“No, porque estamos esperando que primero Dios nos den una buena respuesta y nos dicen que nos van a ayudar, pero además el Río es muy peligroso, ya se han muerto muchas personas, además hemos escuchado que hay cocodrilos. Aunque hemos pasado por muchas cosas para llegar hasta donde estamos, al menos yo, prefiero seguir esperando a que las autoridades de Estados Unidos me den el asilo político, yo no quiero llegar allá de ilegal y batallar después como mis paisanos o que me regresen".