Con el frío, llegan los refriados, los catarros, las gripes... y hay que preparar el sistema inmunológico para no ponerte enferma con el invierno.
Nuestro sistema inmunológico, el escudo que protege contra los microbios de todo tipo. Mantenerlo en forma es la clave para protegerte de esos virus y bacterias que acechan tras la bajada de las temperaturas. Esto es lo que puedes hacer todos los días para evitar que los cambios de temperatura te hagan coger un resfriado
Los hay para trabajar a largo plazo, como el consumo de vitamina C o probióticos, y los hay útiles desde su primer uso, como los lavados nasales. Todos son eficaces
- Desayuna uno (o dos) kiwis cada mañana:
Es la fruta con más vitamina C, por encima de la naranja o el limón. La vitamina C es un nutriente muy vinculado a las defensas del organismo, y esto es así porque la evidencia señala que tiene funciones antiinflamatorias y antioxidantes que podrían influir en el sistema inmunitario. Además, el kiwi es rico en otras vitaminas (B y E) y minerales (magnesio y potasio).
- Haz ejercicio moderado todos los días:
El ejercicio físico suave -como caminar- estimula la producción de las células del sistema inmune destinadas a combatir las infecciones provocadas por los resfriados, según el estudio realizado por la Universidad Apalachian State, en Estados Unidos. Además, el movimiento es bueno para la activación de tu cuerpo: de la respiración a la circulación.
- Toma un yogur al día:
Los alimentos probióticos previenen las infecciones respiratorias en general, la intensidad de sus síntomas y su duración. Aproximadamente el 70% de nuestro sistema inmunitario se encuentra en la barrera intestinal. Un alimento común que contiene probióticos es el yogur. Está demostrado que sus versiones naturales sin azúcar fortalecen el sistema inmune y alivian el dolor de garganta. Otros alimentos ricos en probióticos son el kéfir, el chucrut.
- Hazte un lavado nasal todos los días:
Mantener limpia e hidratada tu cavidad nasal es de gran ayuda para evitar que los virus y bacterias pasen al organismo. El agua de mar es la mejor opción. En farmacias y parafarmacias encontrarás muchos spays nasales elaborados con agua de mar.
- Adereza tus recetas con perejil, ajo y limón:
Aportan un extra de vitamina C y de antiinflamotorios, además de potenciar su sabor. Por ejemplo, un chorrito de limón en ensaladas y verduras les da un sabor delicioso.
- Elige looks que incluyan diferentes capas de ropa:
Para evitar resfriados es clave evitar los cambios de temperatura bruscos. Algo difícil cuando pasamos de interiores al exterior de los edificios. Un truco es mantener tu cuerpo a una temperatura no excesivamente caliente ni fría. Si eliges un look a capas puedes ir quitando o añadiendo cosas para nivelar la temperatura de tu cuerpo y evitar así pasar frío o sudar.
- Incluye en tu dieta un huevo al día:
El huevo es uno de los alimentos con mayor aporte de zinc a nuestro organismo (1.3mg por cada 100 gramos). un reciente estudio realizado conjuntamente entre la Universidad de Sidney, la Universidad de McMaster en Canadá, y la Universidad Nacional de Medicina Natural (EE. UU.), el zinc puede ayudar a prevenir la aparición de los síntomas del resfriado común y provocar que exista un 68% menos de riesgo de contraer una enfermedad similar a la gripe.
- Acuéstate todos los días a la misma hora:
Dormir bien es clave para nuestro sistema inmunológico. La regularidad a la hora de acostarte te ayudará a crear una rutina cerebral que favorezca la calidad de tu sueño.
Alíate con el caldo de pollo diariamente. Un remedio casero con beneficios increíbles para curar y prevenir respriados. ¿Por qué? Por su alto contenido en agua, las propiedades de los vegetales y proteínas que contiene. Así que, inclúyelo en tus básicos a la hora de la cena.
- Ventila tu casa todos los días:
Lo aprendimos durante el Covid y no hay que perder la buena costumbre de renovar el aire de nuestras casas todos los días. Evita los contagios y purifica el aire que respiramos.
Termina el día con una infusión de equinácea. Esta planta medicinal estimula el sistema inmunitario activando las células responsables de luchar contra cualquier tipo de infección. Se utiliza cuando hay resfriados, dolor de garganta, tos y fiebre y reduce los síntomas de la mayoría de procesos víricos y gripales.