En el barrio La Esperanza, localidad de Virrey del Pino (La Matanza) solo hay alegría, orgullo y emoción. Y es que ahí, en ese lugar, creció Gonzalo Montiel, quien a sus 25 años, pateó el penal definitorio que le dio el triunfo a Argentina sobre Francia, convirtiéndolo en campeón del Mundo.
Al día siguiente del infartante partido por la final del Mundial de Qatar 2022, Telenueve habló con los abuelos y tías de Gonzalo. «Menos mal tenemos buen arquero y buenos pateadores. Yo siempre dije que si pateaba Gonzalo, ganábamos», sostuvo Vicente, el abuelo del futbolista.
Julia, la abuela, también se mostró emocionada. «Me pide lentejas cada que venía, yo le hacía una bochada. Le encanta», comentó como dato anecdótico. «Mi nieto fue oro para mí. En una cancha acá cerquita aprendió. 6 años tenía cuando empezó con todo eso», añadió.
«Quedó en la historia mundial del fútbol. Estamos orgullosos, felices, todo el barrio, la gente, los amigos. Fue una locura. Gonzalo quedó en el corazón de cada uno de nosotros. Es así», enfatizó una de sus tías. «Él no faltó ni un día al entrenamiento. Y él de acá a River tenía 3 horas de viaje», reveló.
Sobre la personalidad del futbolista, sus seres más cercanos señalaron que es «un poco tímido». También destacaron todo el esfuerzo que ha hecho para llegar hoy a consagrarse campeón. «Somos una familia humilde, económicamente hablando. Todo lo que significa el fútbol, los gastos, fue demasiado. Tito, el papá, y Marisa, la madre, trabajaron siempre para eso», sostuvo su tía. «Ahora él les dio una casa, es un ejemplo», señaló emocionada.