De carácter crónico, aparece con mayor frecuencia en personas de entre 15 y 35 años, aunque puede manifestarse en cualquier momento de la infancia o la edad adulta.
"En el último informe realizado en diciembre de 2021 por especialistas ya se constataba lo que es una realidad: la incidencia pediátrica de casos de dolencias inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn está aumentando". Así lo confirman desde la Asociación de Pediatría, entidad que también constata que "no están claras las causas del ascenso de casos".
"Podría haber un trasfondo genético, puesto que sí que es cierto que hay más pacientes diagnosticados con padres o familiares afectados. Otra de las cuestiones valoradas está relacionada con la regulación del sistema inmune, aunque ninguna de las dos asegura ser la causa fundamental del repunte", apunta la pediatra Elena, "de una patología crónica que causa inflamación en distintas partes del sistema digestivo, desde la boca hasta el ano".
La enfermedad de Crohn, descrita por primera vez en los años 30 del siglo pasado por un médico con ese apellido, se caracteriza por una sintomatología muy concreta, siendo el dolor abdominal, la diarrea, el sangrado rectal y la pérdida de peso las dolencias más comunes y afecta a 16 casos al año por cada 100 habitantes.
"Para diagnosticar a los más pequeños, además de comprobar que el dolor es recurrente y sin mejoría alguna, revisamos las heces del paciente y hacemos otro tipo de pruebas para ver si hay fisuras o abscesos en la zona del ano que nos puedan confirmar las sospechas para, posteriormente, ser derivados a la consulta del especialista", explica la doctora de Atención Primaria.
- Tratamiento y alimentación adecuada:
Una vez completado el estudio para confirmar el diagnóstico, hay que valorar el tratamiento que debe seguir el paciente, Además del farmacológico, a base de corticoides, inmunosupresores, antibióticos o terapias biológicas en función de los casos, es importantísimo respetar una dieta nutricional equilibrada puesto que la propia enfermedad conlleva una pérdida de peso.
"En niños es necesario contar con los nutrientes adecuados para lograr un equilibro ponderal de talla y de peso. Precisamente para ello, en muchas ocasiones, se hace necesario, además, un aporte extra de vitamina D y calcio", concluye.