La forma ideal de lavarlos es a mano, sin embargo, esta técnica no siempre será posible, por lo que tenemos los trucos correctos para hacerlo y que nada salga mal. Llena un balde con agua fría: Después de este paso anexa un poco de jabón líquido (unas cuantas gotas o mitad de una porción). Trata de que el jabón que elijas sea apto para prendas delicadas. Sumerge el suéter: realiza este procedimiento utilizando las palmas de las manos, de modo que con pequeños toques sumerjas por completo la prenda, así absorberá la mezcla del agua con el jabón. Es sumamente importante no frotar para no dañar el suéter. Proceso de en enjuague: retira el jabón con agua fría.
Y recuerda que suprimir el uso de agua caliente ayudará a preservar el diseño, pues esta podrá encoger las fibras naturales con las que son confeccionados. Secado: Es momento de decir no a la secadora.
Los suéteres de lana deben extenderse sobre una superficie plana, evitando a toda costa escurrirlos o apretarlos y estropear su textura con las manos.