No importa la edad o el género, todos o casi todos en nuestro querido México hemos jugado alguna vez la Lotería.
¡La estrella! ¡El sol! ¡La calavera! ¡La sandía! ¡El negrito! ¡El barril! ¡La dama! ¡La campana!… ¡Lotería!…
Así se gritó y escuchó por los incontables laberintos del mercado Souq Waqif, en donde el mundo árabe conoció y se divirtió con la tradicional Lotería Mexicana, aquel popular juego de cartas y tarjeteros que ha hecho felices a miles de personas en nuestro país.
No importa la edad o el género, todos o casi todos en nuestro querido México hemos jugado alguna vez la Lotería con familiares y amigos; risas, velocidad, concentración y competencia hacen del juego un momento especial, algo único, algo muy nuestro, muy mexicano.
Así que no importan los kilómetros, la lengua y menos las razas para que los qataríes, árabes, latinos, europeos y asiáticos le entraran al folclor mexicano, le entraran a la Lotería sin temor a equivocarse y sí para ganarle a sus oponentes