Tenía que probarse ante niñas y niños más grandes que ella, situación que la llevó a probar sus límites.
Desde sus primeros años de vida, Diana Flores tuvo en su papá el referente a seguir dentro del futbol americano. Con apenas ocho años de edad, la capitalina probó suerte en el flag football, deporte en pleno crecimiento que en aquel entonces no contaba con categorías infantiles.
Tenía que probarse ante niñas y niños más grandes que ella, situación que la llevó a probar sus límites.
Ya han pasado casi dos décadas y Diana es considerada la mejor quarterback del mundo, además de haber sido la líder de la Selección Mexicana que conquistó la medalla de oro en los World Games que se disputaron hace unos meses en Birmigham, Estados Unidos.