[quote]Entre directivos de la LMB[/quote]
Agencias/El Tiempo
A tono con la crisis social anunciada para el País en el 2017, en la Liga Mexicana de verano también está latente un estallido que podría desencadenar en una histórica fractura.
Por primera vez hay dos bandos poderosos disputándose el control del circuito veraniego y el pretexto para desentrañar esas diferencias son los jugadores mexicanos nacidos en el extranjero.
Esta guerra declarada arrancó el día que los Toros de Tijuana eliminaron a los Sultanes en el Estadio Monterrey para proclamarse campeones de la Zona Norte.
La voz de ataque la dio el presidente de los Sultanes, José Maiz García, al quejarse de que el róster de los Toros estaban plagado de peloteros "pochos", siendo que la Asamblea de la Liga había aprobado desde el 2015 la contratación de peloteros México-americanos sin límite.
Para cuando finalizó la "Serie del Rey", que fue ganada por los Pericos de Puebla, ya había una marcada división entre los dos frentes.
Paradójicamente, dos hermanos son antagonistas. Roberto Mansur, presidente de los Diablos Rojos de México, pertenece al grupo de la vieja guardia complementado por Maiz García y Carlos Peralta, de los Tigres de Quintana Roo.
En el otro lado está José Antonio Mansur, de los Rojos del Águila de Veracruz, respaldando a Gerardo Benavides, de Puebla; los hermanos Arellano, de Leones de Yucatán y Vaqueros Laguna, y Alberto Uribe, de Tijuana.
Han transcurrido un par de Asambleas en las que las charlas subieron de tono y las amenazas de rompimiento estuvieron a la orden del día.
Hace tres semanas la Liga publicó en su portal oficial un supuesto acuerdo para jugar la próxima temporada con nueve "pochos" y seis extranjeros por equipo, lo cual fue desconocido por los dueños de la nueva generación.
La tercera caída, como en la lucha libre, fue programada para el 11 de enero en la Ciudad de México, pero sin enterar a los medios de comunicación.
En la agenda del día está incluido el tema de los peloteros México-americanos que supuestamente no se podría abrir hasta ser votado en la misma reunión.
Por ahora, "los demonios andan sueltos".