Dentro de los estilos de crianza y paternidad se encuentran los padres helicóptero. Te explicamos quiénes son y cuál es su efecto en el crecimiento de los niños
Dentro de la crianza hay distintos estilos de paternidad: padres tigre, padres quitanieves, padres de corral, padres suaves y padres helicópteros, que es de quienes trata este artículo.
Los padres helicóptero son aquellos que toman las riendas de todos los aspectos de la vida del niño: intervienen cada vez que tienen un problema y se involucran demasiado en su educación, llamando mucho a sus profesores.
¿A quiénes se les llama "padres helicóptero"?
En general, son aquellos padres que caen en la sobreprotección de los hijos, que si bien puede prevenir o salvar a sus hijos de ciertos imprevistos, les impide aprender a controlar su comportamiento, fomentar su independencia y tener la capacidad de tomar decisiones por sí solos.
Publicado en la revista Developmental Psychology, estos resultados formaron parte de un estudio que tuvo una duración de ocho años y en el que se analizó el desarrollo social y emocional a los 2, 5 y 10 años de edad de los 422 niños que participaron en él.
La recolección de datos se realizó observando las interacciones entre padres e hijos, recibiendo reportes de sus profesores, así como reportes elaborados por los mismos niños al cumplir 10 años.
Se encontró que aquellos niños con padres muy controladores o sobreprotectores tenían menor capacidad para lidiar con las demandas de su crecimiento, especialmente al encontrarse en el ambiente escolar.
La doctora en Filosofía Nicole B. Perry, una de las autoras del estudio, comenta que aquellos niños que no pueden regular sus emociones y comportamiento de forma efectiva, tienen mayores probabilidades de manifestarlo en el salón de clases, batallar para hacer amigos y en general, dificultades en la escuela.
Desde luego, nadie hace las cosas con la intención de dañar a sus hijos y aunque los padres helicóptero tengan buenas intenciones, al hacer esto impiden que los niños desarrollen habilidades emocionales y de comportamiento.
Sí, nosotros como padres debemos guiar a nuestros hijos para que aprendan a controlar sus emociones, pero también debemos darles espacio para que practiquen y aprendan a manejarlas de forma independiente.