Personal de Pemex, equipado con tanques de oxígeno y mascarillas, trabaja para controlar la fuga; pese a la peligrosidad, algunos habitantes decidieron permanecer en sus hogares por miedo a rapiñas
Juchitán.- Unas 200 personas fueron evacuadas de la comunidad de Donají, perteneciente al municipio de Matías Romero en el Istmo de Tehuantepec, por una fuga de amoniaco que se detectó el viernes; no obstante, la Coordinación Estatal de Protección Civil de Oaxaca (CEPCO), dijo que no se reportaron personas lesionadas.
Para salvaguardar la integridad de las personas, fueron trasladadas a un refugio en la agencia municipal de Palomares, en donde pasaron la noche del sábado; otras personas prefirieron no salir de Donají por miedo a que fueran víctimas de actos de rapiña.
“El gobierno del estado informa que personal de Petróleos Mexicanos (Pemex) trabaja para controlar la fuga de amoniaco en la comunidad de Donají. Aproximadamente 40 trabajadores de la paraestatal, equipados con tanques de oxígeno y mascarillas, realizan la excavación en el lugar donde se detectó una fuga de amoniaco, ubicada a unos tres kilómetros al oriente del tramo 153 de la carretera Transistmica”, informó el gobierno del estado en un comunicado.
La presidenta municipal de Matías Romero, Obdulia García López, ordenó a policías municipales, a bordo de dos patrullas, que resguarden la población que decidió quedarse en sus casas.
El personal especializado del área de ductos de Pemex ingresó al sitio del derrame poco después de las 11:30 horas de la mañana del sábado, debido a la oposición de los dueños de los ranchos, quienes reclamaron a la empresa que pague las afectaciones sufridas en fugas y derrames de combustibles anteriores.
Tras una nueva oferta de pago por parte de Pemex, permitieron la entrada de los técnicos y de una retroexcavadora para sellar la fisura sobre el ducto de amoniaco, que corre desde Pajaritos, Veracruz, hasta el puerto de Salina Cruz, Oaxaca, en una distancia de casi 265 kilómetros.
Las autoridades locales tampoco reportaron pérdidas de vidas humanas ni de animales, pero destacaron que la fuga de amoniaco quemó o ennegreció las hojas de las plantas y árboles de la zona.