En la serie documental Welcome to Wrexham el intérprete del superhéroe cuenta su cruzada como inversionista.
Ryan Reynolds no sólo tiene puesta su vista en el traje de Deadpool, también se puso la camiseta del equipo de futbol Wrexham A.F.C., en la serie documental que sigue los pasos de la estrella estadounidense para adquirir a este equipo de la liga de ascenso británica.
Su aventura en pantalla reúne sacrificios, hazañas y humor en Welcome to Wrexham, serie en la que a través de 18 episodios disponibles en Star+ EU, Reynolds y su socio, el actor Rob McElhenney (Mystic Quest), comparten cómo se les ocurrió, desde California, pujar para ser dueños del Wrexham A.F.C.
Ryan cuenta que tuvieron como misión convencer a los líderes de la comunidad de Wrexham a que ellos podrían ser la solución para escalar lo más cerca posible de la millonaria Liga Premiere.
“Desde el inicio sabíamos que teníamos que asumir una actitud de respeto hacia los fans y pobladores de Wrexham, su equipo de futbol. Las negociaciones se dieron en un margen de cero error, fue como caminar en una cuerda floja”, dijo Reynolds en entrevista para EL UNIVERSAL.
Desde las juntas del consejo de Wrexham, localizado al norte de Gales en Reino Unido, los momentos de humor entre Reynolds y McElhenney suceden a través del choque cultural y de idioma. Ryan aparece explicando al espectador la traducción de palabras del argot del futbol inglés, así como modismos de la población ajenos a los americanos.
“Uno de los beneficios de no saber nada de futbol es que no pretendemos saberlo y jamás tomamos decisiones trascendentes en el tema deportivo, porque no estamos capacitados para ello. Esto nos ha permitido también volvernos amigos de los jugadores”, compartió McElhenney.
Al igual que Reynolds, en varios momentos de Welcome to Wrexham, el actor se sube al avión para estar presente desde los entrenamientos, hasta la relación con los fans, vecinos de la región y los partidos cruciales. Todo en medio de su agenda de compromisos en Hollywood.
Reynolds dice que su momento más emotivo de la primer temporada es cuando el estadio repleto pudo cantar y gritar un gol de sus Wrexham.
“No he tenido una experiencia tan emotiva en mi vida como la de estar parado en la cancha y sentir la emoción del pueblo y el equipo. Fue cuando me di cuenta que quedé enganchado de por vida con el futbol”, indica.
El viaje transatlántico adquirió un sentido más emotivo, debido a que parte de las negociaciones y compra del Wrexham se dio durante el primer año de la pandemia del Covid-19.
“Me gusta pensar que Welcome to Wrexham ayude a promover y contagiar al público de EU para que abrace más al futbol. La fórmula de nuestra serie es querer contar una buena historia, porque eso es lo que se quedará en el espectador”, dice Reynolds.