La revista estadounidense Time eligió a las mujeres iraníes como las heroínas de 2022, resaltando las protestas que han encabezado desde hace meses en favor de la libertad.
“El movimiento que lideran es educado, liberal, secular, surgido con expectativas más altas y desesperado por la normalidad: universidad y viajes al extranjero, trabajos decentes, estado de derecho, acceso a la Apple Store, un papel significativo en la política, la libertad de decir y vestir lo que sea. Son bastante diferentes de los que vinieron antes que ellos; a veces se sienten más como Gen Z transnacional que como iraníes: son veganos, desislamizan sus nombres, no quieren tener hijos...”, señala la escritora Azadeh Moaveni, autora del artículo de la revista sobre la razón por la que las iraníes son las heroínas de este año que termina.
Las iraníes son noticia mundial desde que estallaron las protestas, en septiembre pasado, luego de la muerte de Mahsa Amini, una joven detenida por la policía de la moral por llevar mal puesto el velo. Amini murió bajo custodia y su familia afirma que fue golpeada. Las autoridades alegan que estaba enferma.
Pero Moaeveni recuerda que las protestas comenzaron mucho antes, en una guerra de resistencia frente a un régimen que sabe que está perdiendo la guerra para imponer el hiyab, pero insiste en ello.
“En el momento de redactar este informe, se calcula que 400 manifestantes iraníes han muerto a manos de las fuerzas de seguridad, aunque algunos grupos de derechos humanos elevan la cifra, y las autoridades judiciales piden duras penas para algunos de los detenidos. A pesar de las medidas para bloquear Internet, siguen apareciendo informes sobre muertes y abusos bajo custodia.
"Después de casi tres meses, las protestas en los campus universitarios no cesan, con estudiantes que exigen la liberación de sus compañeras detenidas y desafían las normas de segregación por sexos en plazas y clases. En la Copa del Mundo, el equipo de Irán permaneció en silencio durante el himno nacional, en señal de solidaridad con los manifestantes”, recordó Moaveni.
“Desafiar el hiyab obligatorio es una forma tan hábil de rechazar los fallos generalizados del sistema iraní que a menudo me pregunto por qué mi generación no tomó el mismo camino. Nos vimos atrapados en batallas imposibles de ganar sobre la igualdad de derechos matrimoniales y sucesorios, y otras formas de discriminación legal que nos obligaban a actuar dentro de espacios políticos formales, a través de procesos formales.
"Podría decirse que eran retos más importantes, pero el Estado no tenía intención de permitir esas reformas y, con el tiempo, los activistas se vieron tan bloqueados que se rindieron. El espacio simplemente no existía… Lo que está ocurriendo en Irán puede resultar familiar, pero es diferente porque, hoy, las aspiraciones de todos los que han buscado el cambio están a la vista, arremolinadas en los cánticos de ‘mujeres, vida, libertad’, una revuelta feminista que lleva consigo las diversas quejas de toda una sociedad”.