Empezó muy mal, con una de las peores derrota de la historia, pero terminó con una demostración de coraje y fútbol que ilusiona a los propios y atemoriza a los ajenos.
La primera fase de la Selección Argentina se movió en los extremos, como para imitar la intensidad de cada partido de este Mundial de Qatar 2022. Ante Arabia Saudita estuvo desconectada, imprecisa y fue víctima de la presión y las tensiones del debut. Luego, contra México se liberó y en el tercer partido frente a Polonia armó un festival de los que se había acostumbrado. Justo cuando más hacía falta.
A pesar del inesperado traspié inicial, el equipo de Lionel Scaloni fue uno de los mejores de la primera fase. Tuvo valentía para recuperarse, intensidad, momentos de buen juego y varios puntos altos individuales.
Ha sido una ronda emocionante y, sobre todo, muy pareja. Si hubiera que elegir un solo concepto para definirla, sería ese. Pareja. Ningún equipo ganó los 9 puntos y varios candidatos quedaron eliminados ante rivales que estuvieron muy por encima de su nivel previo al torneo. Por eso, la capacidad para marcar autoridad también es un rasgo a destacar de la Albiceleste.