Fue a la mitad del Siglo XX cuando se comenzó un proyecto que se llamaría —en primera instancia— Estadio de Exhibición, nombre que cambió casi dos décadas después con motivo de los Juegos Olímpicos de 1968 celebrados en la capital del país.
El recinto creado por un total de tres arquitectos (Agustín Pérez Palacios, Jorge Bravo y Raúl Salinas Moro) y detallado por el reconocido pintor y muralista Diego Rivera, es una auténtica obra de arte. La fachada principal del inmueble está hecha de piedras de colores, colocadas por 82 personas entre pintores, arquitectos y obreros, bajo la supervisión de Rivera. El estadio tardó dos años en construirse antes de ser inaugurado el 20 de noviembre de 1952 con un juego de futbol americano entre los Pumas CU y los Burros Blancos del Instituto Politécnico Nacional.
En la ceremonia estuvieron presentes el entonces presidente de México, Miguel Alemán Valdés, y el rector de la UNAM, Luis Garrido Díaz. Si bien, originalmente el inmueble fue construido para albergar juegos de futbol americano, con el pasar de los años también se convirtió en la casa de diferentes equipos de futbol. Con el cambio de nombre en 1968, también se instaló el pebetero y el tartán que se encuentra alrededor del campo de juego.
El escenario ha albergado diferentes eventos deportivos de gran magnitud además de dichos Juegos Olímpicos. Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, Panamericanos y hasta el Campeonato del Mundo de Futbol en 1986 se han celebrado ahí. Además, por supuesto, de finales de la liga mexicana de futbol y de la Liga Mayor de la Organización Estudiantil de Futbol Americano.