Luego de múltiples quejas por parte de compradores hacia Ticketmaster, por la falta de regulación en la venta de boletos de diferentes eventos, el Departamento de Justicia de Estados Unidos inició una investigación en contra de la compañía de ventas, debido a las altas tarifas que debe pagar una fanática o un fan para obtener una entrada para la gira de Taylor Swfit.
Fue el “New York Times” quien publicó la historia de que Ticketmaster está siendo investigado por el presunto abuso que produce al vender entradas a los conciertos. La existencia de esta investigación se hizo evidente, luego de que las y los fanáticos de Taylor Swift se mostraran inconformes por la imposibilidad de comprar pases para “The Eras Tour”, que dará inicio en marzo del siguiente año.
Han sido cientos las personas que notificaron la imposibilidad de obtener boletos para ver a la cantante, debido a errores técnicos en la plataforma de Ticketmaster, luego de que el martes pasado intentarán adquirir pases como “fanáticos verificados”, etapa en la que sólo algunas y algunos seguidores de la artista reciben un código único que les permite comprar los boletos en la preventa y asegurar su presencia en el recital.
Sin embargo, la demanda para obtener uno de los boletos para ver a Swift fue tal que la página de Ticketmaster colapsó, mientras los seguidores hacían interminables colas virtuales, en la que tenían que esperar horas para que, luego de aguardar largo rato, la página se bloqueara, por lo que tenía que volver al inicio de la fila, con miles de seguidores frente de sí.
Pero eso no fue lo único que desató la molestia de las y los fans de Taylor, sino que mientras estaban a la espera de obtener un pase, se percataron que ya había boletos disponibles para el recital en páginas de revendedores con precios que rebasaban los miles de dólares.
Ante la infinidad de quejas que recibió la distribuidora de boletos, Ticketmaster se justificó argumentado que el tour más reciente de Swfit suponía una "demanda históricamente sin precedentes", pues de 3,5 millones de fans verificados, tuvieron que elegir sólo a 1,5 millones para enviarles un código único.
La inconformidad no sólo fue expuesta por las y los fanáticos de la cantante, sino que la propia Taylor Swift se dijo frustrada por la falta de capacidad de la distribuidora ante la demanda de su concierto, pues le habían asegurado que podían controlar y gestionar el proceso sin percances.
“No hace falta decir que soy extremadamente protector con mis fans. Hemos estado haciendo esto durante décadas juntos y, a lo largo de los años, he traído tantos elementos de mi carrera a casa. He hecho esto específicamente para mejorar la calidad de la experiencia de mis fans haciéndolo yo mismo con mi equipo que se preocupa tanto por mis fans como yo”, compartió en sus redes.
Tras esta problemática, los medios estadounidenses ha llamado a la investigación que se encuentra monitoreando a la distribuidora como la “investigación antimonopolio” que, además, ya lleva varios meses en marcha, pues son muchas las irregularidades reportadas por las personas que quieren hacerse acreedoras de un pase para un concierto.