Los precios puedan subir por encima del 3.3 %, debido a la inflación.
Madrid.- La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) prevé que el Black Friday del próximo día 28 registrará una mayor subida de precios que el de 2021, cuando se incrementaron en un 3.3 % de media, debido a la inflación, que hará que se frenen las compras y que las ofertas sean menos significativas en general.
Cuando queda menos de una semana para esta cita clave en el calendario de compras, la previsión, según señala a EFE el portavoz de la OCU, Enrique García, es que los precios puedan subir por encima de ese 3.3 %. Es una estimación, aunque «con peso» porque la organización ya lleva un mes controlando precios.
Su objetivo es monitorizar entre 16 mil y 21 mil precios de mil 300 productos de aproximadamente unas 60 categorías diferentes, con los que se conseguirá una foto significativa de la forma en que los establecimientos van a enfrentar este día de rebajas especiales, que marca el inicio de la estación navideña.El último control de precios realizado por la OCU en el tramo comprendido entre el 25 de octubre y el 11 de noviembre ha permitido constatar que sólo el 2% de los productos había bajado de precio, un 36% había subido y un 62% se mantenía.
Es cierto que aún no habían llegado las grandes ofertas del Viernes Negro en esencia, pero también hay que tener en cuenta que esta costumbre comercial importada se adelanta cada vez más en el tiempo y se extiende en muchos comercios durante toda la semana (Black Week).
Por eso, García anima a los consumidores a estar más vigilantes que nunca para acertar en sus compras y la clave está en comparar.
“Hay que comparar precios más que nunca. Comparar es ahorrar. Hay que hacer un seguimiento de ellos para ver si de verdad resultan más barato”, insiste el portavoz de la OCU en sus recomendaciones a los usuarios, que este año, a su juicio, van a ser más prudentes a la hora de gastar dinero, y si lo hacen tendrán que ser conscientes de sus derechos.
Black Friday: derechos en las compras físicas– En las promociones, cualquier rebaja de precio tiene que estar claramente indicada para el consumidor con el precio antiguo tachado y el nuevo o el porcentaje de la rebaja.
– El precio antiguo debe ser el menor del último mes, algo que, sin embargo, no sucede siempre. Algunos compradores descubren que lo que se ha comprado por 100 euros marcaba previamente 150, pero días antes costaba 100, es decir lo mismo que ahora.
-Las garantías legales han pasado a ser de tres años y los sistemas de devolución los fija el establecimiento, pero con la obligación de información previa.
– Durante una promoción, la tienda puede aplicar algunas condiciones especiales (no aceptar pago con tarjeta, cambiar su política de devoluciones…), pero deben anunciarlo clara y visiblemente para que todos los clientes lo vean.– Si el producto está en perfecto estado, el establecimiento no está obligado a cambiarlo, aunque la mayoría de los comercios lo hacen, pues es una buena práctica comercial. En cualquier caso, no tienen por qué devolver el dinero: pueden cambiarlo también por otro artículo o un vale.
– Los productos rebajados tienen que tener la misma calidad de siempre: la norma no permite que se vendan como rebajados productos defectuosos.
Black Friday: derechos en las compras “online”
– En las compras por internet, el consumidor está especialmente protegido. El régimen de cambio y devolución de los productos está regulado y el consumidor tiene 14 días para arrepentirse y devolver el producto, y sin dar explicaciones: tendrán que reintegrarle todo lo que pagó.
– La entrega será la que pacten consumidor y empresa. Si hay un compromiso de hacerlo en una semana tiene que ser en ese tiempo y, si no es así, tiene un máximo de 30 días.– Estas normas de protección se aplican si la compra se produce dentro de la UE, pero si no -algo frecuente cuando se compra por internet-, las condiciones serán las que marque la tienda de ese país.
– Evitar hacer transferencias bancarias porque es muy difícil retrotraerlas. Si van a pagar «online», lo mejor es una tarjeta prepago, una tarjeta de crédito o Paypal, porque así sí será posible recuperar el dinero en caso de que haya un fraude o no haya entrega.
– Cuidado con la web en la que se compra. Hay que acudir a tiendas seguras, que tengan dominios con protocolo de conexión segura «https://», que indican que se trata de webs legítimas y reales, y que muestren el candado de seguridad al procesar pagos.
Hay muchas páginas fraudulentas, que cuelgan productos con precios gancho, muy baratos, para que el consumidor «pique» y, cuando lo hace, comprueba luego que o no es original o es una estafa. Lo primero que tiene que saber el consumidor es a quién le compra y dónde le compra.