Más que una bebida alcohólica se describía como un “acompañamiento nutritivo” para combinar con los alimentos
En los años 20 la cerveza se consideraba una de las mejores bebidas del país, incluso se publicitaba como un remedio casero.
Un ejemplo de ello fueron los anuncios de Carta Blanca, los cuales mostraban sus “bondades” y hasta se consideraba un “complemento alimenticio” que daba energía y mejoraba la salud.
Se explicaba cómo diferenciar la pureza de la cerveza de dicha marca, en comparación con otras bebidas similares, y la forma de hacerlo era poniéndola contra la luz para ver su “extrema claridad”.
Más que una bebida alcohólica se describía como un “acompañamiento nutritivo” para combinar con los alimentos, pues se hacía con la malta más fina.
Se le atribuían bondades hasta para los niños pequeños. Así lo mostraba un anuncio en el que se resaltaba como un alimento puro y nutritivo. “Su hijo se beneficiará tomando Carta Blanca, el alimento más nutritivo”, se leía en la publicidad, acompañada del dibujo de un bebé sano junto a una botella de cerveza.
En otro anuncio se explicaba que Carta Blanca fue la primera en colocar el líquido en botellas de vidrio transparente para demostrar que su color no era artificial, sino que su tonalidad se debía a la calidad de la malta para su elaboración.
Para los hombres de negocios
Otro de los anuncios describía que cuando los hombres de negocios se reunían, usualmente tomaban Carta Blanca. “Hombres de criterio indiscutible y refinado gusto que saben distinguir lo mejor y lo exigen siempre, toman invariablemente Carta Blanca”, iniciaba la descripción de la nueva presentación de la cerveza “ahora en cartones corrugados con 25 botellas cada uno”.
El nuevo paquete se caracterizaba por ser ligero, económico y fácil de manejar. Además, hacía un llamado a guardar las etiquetas, pues cada una tenía un valor.
Otro anuncio mostraba un dibujo de un paisaje, en el que había un velero en un lago y un pescador en la orilla.
Cerca del agua, sentados en el pasto, una mujer y un hombre en un día de campo y junto a ellos una caja con la leyenda: “Cervecería Cuauhtémoc”, en referencia a las 25 cervezas Carta Blanca. A la mujer se le ve sonriendo y levantando un vaso como invitando al pescador a beber con ellos.“La cerveza Carta Blanca aumenta la alegría de toda festividad porque a todos les gusta. Su dorada transparencia cautiva la vista; su exquisita fragancia abre el apetito y su sabor es delicioso”, se leía en la promoción de la bebida.
Más adelante aseguraba que era perfecta para los días de campo y excursiones, para acompañar un refrigerio al aire libre. Era eficiente para “apagar la sed”, al tomarla fría en los soleados días.