Por un momento, el Autódromo Hermanos Rodríguez regresó al inicio de los 2000, cuando los jóvenes se comunicaban con mensajes SMS, compartían canciones vía infrarrojo y estaban dispuestos a vivir a fondo sus emociones. Más de 85 mil asistentes, de acuerdo a los organizadores, acudieron a la primera jornada del Festival Corona Capital, que en esta ocasión contó con bandas indie rock y emo, o emocore.
Fans. Muchos llevaban atuendos para verse igual a My Chemical Romance, la agrupación que cerró la jornada, pero también como ellos mismos lucían hace más de una década. Un ruido distorsionado, acompañado de una luz roja comenzó, el público entendió: faltaba poco para por fin ver a la banda que durante años los acompañó en su juventud y que ahora traía recuerdos llenos de nostalgia. Uno de los faros que iluminaron el concierto era enfocado y desenfocado constantemente, con la finalidad de hipnotizar al público asistente.
Un gran show. Finalmente el escenario se envolvió en esa oscuridad característica que My Chemical Romance, reforzó a través de sus letras y sus sonidos. En lo alto del escenario múltiples focos rojos se tiñeron de un rojo intenso, cuando por fin una guitarra triste y melancólica, comenzó su sonido, acompañada del solemne teclado, y una precisa batería. Caracterizado de príncipe, con armadura y capa Gerard Way comenzó su cátedra, alternando con los solos de guitarra agudos y estribillos que el público coreaba con intensidad. De la solemnidad llegaron los guturales ruidosos, las guitarras rápidas, y el sonido de un doble pedal en el bombo, a las espaldas del grupo, una urbe incendiándose. La nostalgia invadió a algunos al borde del llanto, abrazados con sus amigos, o con su pareja, disfrutaron cada tema fundidos en un abrazo en medio de la multitud. Al llegar el tema "Na nanana" todo el público coreo, e incluso hubo grupos que abrazados brincaron en círculos de un lado a otro.