Twitter está comenzando una revolución interna. La adquisición de la red social por parte del multimillonario Elon Musk, también dueño de Tesla y Space X, supone un nuevo impulso para una plataforma que, aunque establecida en el uso popular e institucional, lleva años estancada en su crecimiento. La nueva etapa del pájaro azul ha arrancado de forma convulsa: un proceso de compra convertido en una batalla con el nuevo propietario, despidos masivos y funcionalidades fallidas para la suscripción de pago.
Este periodo de incertidumbre ha explotado con una dimisión masiva de trabajadores que ha obligado a cerrar las oficinas de la compañía durante al menos tres días.
Un descontento generalizado que ha hecho crecer el temor a que la red social cierre, al menos temporalmente, tal y como han augurado algunos extrabajadores de la compañía
De este modo, se abre una ventana de posibilidades a otras aplicaciones que comparten similitudes con la versión original de Twitter y que buscan captar a los usuarios disconformes con las ideas de Musk y sus intenciones en la esfera de la opinión pública.
Sin embargo, a la hora de abandonar la red social ahora gestionada por Elon Musk en busca de otras plataformas surge el mismo problema: el número de usuarios. Twitter cuenta con más de 300 millones de perfiles, incluidos los principales medios de comunicación, instituciones gubernamentales, empresas multinacionales, representantes políticos, celebridades, etc. Para tener una verdadera experiencia de usuario similar a la de Twitter, la aplicación alternativa en cuestión debería ser capaz de atraer a un público masivo, porque si no perdería su atractivo de ser un termómetro de la opinión de la sociedad global.
Una circunstancia que no parece afectar a su alternativa más obvia: Facebook. La red social más popular del mundo tampoco está pasando su mejor momento, con grandes pérdidas de usuarios activos mes a mes. No obstante, su estructura de 'microblogging', que permite compartir opiniones, fotos, vídeos y enlaces de forma pública o privada con otros usuarios, así como seguir la actualidad de los campos y los perfiles oficiales que sean de tu interés, la mantienen como el principal referente.
El mayor problema de Facebook es su algoritmo que marca el 'feed' (el flujo de contenidos), priorizando otros aspectos al simple orden cronológico como en Twitter, así como su pertenencia a la empresa matriz 'Meta' de Mark Zuckerberg. Para establecer otras opciones es bueno clasificar las plataformas en relación con sus funcionalidades como foro público y como medio para obtener información de actualidad.