Hay quienes ven conveniente el mejoramiento de la calidad de vida en la ciudad y la modernización de zonas empobrecidas y hacinadas.
La gentrificación es un tema de debate, puesto que hay quienes encuentran positiva la transformación de barrios o colonias y quienes sólo ven desplazamiento de personas de bajos recursos por los altos costos de alquiler y demás; es por esto que en redes sociales se ha convocado una marcha para exigir el derecho a la vivienda.
Se podría considerar que en México hay una crisis de vivienda por los altos de costos de vivienda y para comprar una casa y esa es la razón de ser de la marcha a favor del acceso a la vivienda en la Ciudad de México.
Gatitos Contra la Desigualdad, uno de los diversos proyectos del Indesig (Instituto de Estudios Sobre Desigualdad, A.C.), creo un listado de "mitos sobre el mercado de vivienda en México".
Mito 1
"Los jóvenes no tienen vivienda porque no ahorran”.
Realidad: se necesitan 129 años de un salario promedio para pagar el total de un crédito por una vivienda promedio en CDMX.
Mito 2
“Solo han subido los precios en la Roma-Condesa-Polanco”.
Realidad: los precios promedio de TODA la Zona Metropolitana han subido 235% en 17 años.
Mito 3
“Hay vivienda suficiente para todos los estratos sociales (el problema es que “no se quieren ir más lejos”)”
Realidad: el 50% de la vivienda cuesta 3.2 millones o más. Solo 1% de jóvenes pueden pagar una vivienda tan cara.
Mito 4
No solo los más ricos se benefician. Las clases bajas y medias también viven de recibir ingresos por poner viviendas en alquiler”.
Realidad: el 99% de ingresos por alquiler se quedan en el 10% más rico.
Mito 5
Cada quien puede hacer lo que quiera con su propiedad privada (como rentarla en Airbnb, tenerla desocupada, especular, etc.)”.
Realidad: Según el artículo 27 de la Constitución Mexicana, el interés público puede imponer límites a la propiedad privada.
Los afectados y opositores al término "gentrificación positiva", señalan que es como se utilizan el término "racismo a la inversa" y que esto no aplica en las comunidades o sectores oprimidos por un sistema que, según su criterio, apoya al "hombre banco con recursos por arriba del promedio"
Y es que en el mayor de los casos los desplazados resultan ser antiguos residentes, generalmente de mayor edad, de clase trabajadora, de alguna minoría étnica y con ingresos bajos, en zonas centrales deterioradas y abandonadas.
¿Cómo la gentrificación produce desigualdad?
Hay quienes aseguran que la gentrificación no necesariamente debe ser considerada como perjudicial, en tanto no ejerza la expulsión y la exclusión.
La Doctora Eftychia Bournazou Marcou, académica de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, explicó en un seminario que la gentrificación en América Latina representa “el sello de la desigualdad”, ya que es el resultado de la distribución asimétrica de la riqueza así como de espacios y bienes públicos en países como México, a los que generalmente no pueden acceder las clases populares, provocando segregación y marginación.
Hace poco Airbnb anunció alianzas con el Gobierno de la Ciudad de México y con UNESCO para promover a la Ciudad como un centro global para trabajadores remotos y capital del turismo creativo en América Latina.
Para muchos, la alianza turística no parece tener en cuenta la gentrificación que ha azotado a México, particularmente durante los últimos dos años. Ante la llegada de los llamados nómadas digitales, los dueños de inmuebles aumentaron los precios de renta
En México se forman 60 mil, hogares anuales y se producen 30 mil viviendas, de acuerdo a un diagnóstico del gobierno de la ciudad
49.2% habita en viviendas precarias o condiciones de hacinamiento.
Gentrificación positiva, ¿existe?
Hay un debate en redes sociales y en la cotidianidad sobre la veracidad de una gentrificación positiva, pues hay quienes, desde el punto de vista sociológico, urbanístico y ecológico, ven conveniente el mejoramiento de la calidad de vida en la ciudad y la modernización de zonas empobrecidas y hacinadas.
Los que están a favor aseguran que esto se traduce en una reducción en los índices de delincuencia. Por lo regular, los beneficiados de esto son los nuevos residentes, mayormente jóvenes, profesionales, con buena educación y altos ingresos.