La lista de las principales fuentes del nutriente tan esencial para la salud.
Si se busca reforzar los niveles de vitamina D, es sabido que, además de las dosis recomendadas de sol, es necesario priorizar el consumo de ciertos alimentos como:
- Aceite de hígado de bacalao: Una simple cucharada cubre sus necesidades diarias. Además, aporta vitamina A y ácidos grasos Omega 3.
- Pescados azules y grasos: Entre ellos, el salmón, el atún, las sardinas o la caballa. Su beneficio extra es que contienen proteínas y Omega 3.
- Mariscos: Todas sus variedades resultan adecuadas para cumplir con este propósito.
- Hígado: El hígado de ternera contiene 68 IU de vitamina D por cada 100 gramos.
- Lácteos: En especial, los quesos grasos, como el gouda o el parmesano. La advertencia es que se trata de opciones muy calóricas y sus versiones descremadas no tienen este nutriente.
- Huevos: Entre tantas propiedades cada vez más valorizadas, se destaca su aporte de vitamina D. Esta se encuentra concentrada en la yema.
- Hongos: Sus diferentes tipos, como los champiñones, son una opción vegetariana para incorporar vitamina D.
La importancia de la vitamina D:
- Ayuda a mantener una buena salud de huesos y dientes.
- Interviene en la absorción del calcio y del fósforo de los alimentos.
- Favorece la prevención de la osteoporosis y de las funciones musculares.
- Incrementa la prevención de enfermedades como el cáncer o el Alzheimer.