Los muchos beneficios que aporta esta fruta al organismo y es que comer manzanas regularmente puede ayudar a mantener el corazón saludable, controlar el apetito y por tanto controlar el peso, según un amplio estudio.
La manzana es fuente de fibra, fitoquímicos y vitamina C además de ser ricas en quercetina y pectina, lo que la convierten en fundamentales en toda dieta.
La quercetina es un flavonoide, un tipo de químico vegetal natural que tiene efectos antioxidantes y antiinflamatorios. La pectina, por su parte, es un tipo de fibra soluble que puede ayudar a prevenir el estreñimiento y tiene un efecto modesto en la reducción del LDL, el colesterol 'malo'. La pectina también es fermentada por bacterias beneficiosas en el colon, lo que produce ácidos grasos de cadena corta que pueden desempeñar un papel en la prevención de enfermedades crónicas, incluidos ciertos tipos de cáncer y trastornos intestinales.
Es en la piel de las manzanas donde se acumula gran parte de la fibra y la mayoría de los flavonoides por este motivo es importante comer las manzanas frescas y enteras, combinada con la fibra de la pectina protege contra el daño de los radicales libres en el corazón y los vasos sanguíneos y tienen efectos para reducir el colesterol.
Los beneficios para la salud:
- Comer manzanas regularmente se asocia con un riesgo menor de algunos de los cánceres más comunes.
- Favorece la salud intestinal.
- favorece la salud cardiaca.
- Los estudios observacionales vinculan comer manzanas con un riesgo reducido de accidente cerebrovascular, hipertensión, además de mejorar la presión sanguínea y la elasticidad de los vasos sanguíneos.
Control del peso:
Comer una manzana entera ayuda a controlar el apetito y, por lo tanto, el peso. Esto se debe a que las fibras de esta fruta retrasan la digestión, lo que ayuda a sentir una mayor sensación de saciedad después de comer. Estudios han demostrado que tanto los adultos como los niños que comen manzanas regularmente tienen más probabilidad de tener un Índice de Masa Corporal más bajo.
Inicialmente, los investigadores creían que era la baja densidad energética de las manzanas lo que ayudaba a controlar el peso. Pero Investigaciones más recientes sugieren que la fibra dietética y los polifenoles en las manzanas también pueden desempeñar un papel en el control del apetito y el peso.
Una porción, o una manzana mediana, proporciona alrededor de 95 calorías.