Si no se tratan a tiempo, pueden provocar trastornos graves.
Cuando se presenta un cuadro de gastroenterocolitis, es común pensar que se trató de una intoxicación alimentaria. Las responsables son tres bacterias que, en muchos casos, son ampliamente conocidas. Se trata de la shigelosis, la salmonelosis y el E.coli. Aunque en algunos casos solo pueden aparecer síntomas altamente molestos, en otros puede estar en riesgo la vida.
Es que la alimentación de los seres humanos, sufrió una caída importante en cuanto a calidad y pureza. Más aún luego de que, en pos de sumar “sabor y textura”, se sumen una gran variedad de sustancias. Aunque algunas pueden provocar efectos nocivos para el organismo e, incluso, impulsar cuadros intestinales, hay un grupo de bacterias que generan enfermedades gastrointestinales agudas.
Ante cada una de estas bacterias, los expertos hablan de su comportamiento, al tiempo que indicaron cómo evitar el desarrollo de patologías más graves.
Las bacterias más conocidas son:
- Salmonelosis: provocada por la bacteria llamada Salmonella. Este patógeno tiene la particularidad de alojarse en el intestino de los animales contaminados y se transmite mediante sus excretas. En la faena y procesamiento (en caso de pollos o vacas), estos pueden contaminarse y llegar al comensal, que desarrolla la patología.
- Shigelosis: esta patología gastrointestinal es causada por la bacteria Shigella. se presenta en aquellas personas que se llevan las manos sucias a la boca, por lo cual el experto asegura que es una de las enfermedades más frecuentes en los niños.
- E.coli: El microorganismo se transmite a los humanos a través de alimentos y agua, aunque también puede hacerlo de persona a persona. Esta bacteria coloniza el intestino sano del ganado bovino, aunque también puede ocurrir en ovejas, cabras, caballos, perros y pájaros. De aquí, radica la importancia de la correcta cocción de la carne.
Consejos para evitar intoxicaciones alimentarias:
- Nunca volver a congelar los alimentos ya descongelados.
- Antes de manipular un alimento, lavarse muy bien las manos.
- Extrema precaución con los alimentos lácteos y con los huevos en época de calor. Vigilar su fecha de caducidad.
- Limpiar bien la cáscara de los huevos y secarla antes de usarlos. Hacer lo mismo con la piel de la fruta antes de comerla.
- Cocinar los alimentos al menos a 70º C porque a esa temperatura la mayoría de los microorganismos mueren. Asegurarse de que los alimentos no queden crudos en su interior, sobre todo, los filetes muy gruesos, el huevo y el pescado.
- Evitar la carne picada en menores de 5 años.
- No mezclar alimentos crudos y cocidos. La contaminación cruzada es uno de los principales riesgos en la cocina: si la carne está contaminada por patógenos y se la corta en la misma tabla que la manzana o con el mismo cuchillo, no se evitará la infección.
- Observar los cambios de olor o color de un alimento porque son señales de alarma.
- Descongelar los alimentos en la heladera, no afuera.
- Consumir inmediatamente la comida preparada y no reservarla a temperatura ambiente ya que cuando los alimentos cocinados se enfrían, empiezan a proliferar los microorganismos. Cuanto más tiempo pasa, más peligro hay.