A los 20 años en 1999, Marko Daza se enlistó en el Ejército de los Estados Unidos cuando no había presagios de guerra, antes de los ataques terroristas que marcaron un antes y después en la vida y política de este país. “Mi primera misión era la construcción de un gimnasio en Tailandia”, dijo Daza, quien se especializó en ingeniería civil. Sin embargo, años después fue enviado a Europa y en 2003 y 2004 fue designado a Irak dos veces.
“Al principio no sabíamos aún cuál era la misión. No teníamos idea de que iba a ver una guerra. El único conflicto que había era en Bosnia. Luego nos vimos ya en la guerra con Irak”, contó el boliviano, quien obtuvo el rango de sargento y reside con su esposa e hijos en Virginia. La guerra en Irak inició en marzo de 2003 con las operaciones de Estados Unidos en ese país. Dos décadas después, Daza recuerda la vida militar, los riesgos y vivencias que solo los que han vivido una guerra pueden entender. Como también lo puede hacer el peruano Marco Ramos, quien estuvo en Irak en 2009 y en Afganistán entre 2010 y 2011.
Este viernes 11 de noviembre el país rinde honor a Daza y Ramos, así como a centenares de miles de combatientes en Estados Unidos al recordar el Día de los Veteranos, un feriado federal desde 1938 que reconoce a aquellos que sirven en las Fuerzas Armadas, entre ellos más de 200 mil hispanos.
Daza y Ramos representan a un grupo étnico creciente dentro de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. La presencia de los latinos en el servicio militar está expandiéndose continuamente. El Pew Research Center mostró que el número de hispanos en servicio activo aumentó del 4% en la década de 1980 al 12% en 2015.
Hasta 2019, los hispanos representaban el 16 % de la fuerza militar. En números, se estima que los hispanos sean unos 224 mil de los más de 1 millón 400 mil miembros de las Fuerzas Armadas.
“Me llena de mucha honra y orgullo saber que contribuimos con esta nación y somos parte importante del crecimiento en las fuerzas militares”, dijo Ramos, quien está activo y presta servicio en la división de logística.
Ramos ha escalado al rango de mayor, un nivel al que aún no llegan muchas minorías.
Un informe del Servicio de Investigación del Congreso dice que los latinos representan solo el 8% del cuerpo de oficiales y el 2% de los oficiales generales.
Una de las razones por las que se enlistan los hispanos en los cuerpos militares son los beneficios educativos que proporcionan las Fuerzas Armadas, como el financiamiento de los estudios universitarios. Tal como sucedió con Daza. “Siempre llegaban a mi escuela los reclutadores, hablándonos de los beneficios del Army y las posibilidades de poder estudiar con los gastos pagados”, recordó Daza.
“Yo quería pertenecer al ejército, pero no quería estar en la primera línea de combate, así que tomé exámenes para estudiar y me dediqué a la ingeniería civil y electrónica”, expresó.
Pese a que hubiera obtenido un título, su principal entrenamiento era de soldado. “Es la prioridad. Ser un soldado del ejército, luego viene la especialidad”, indicó.