Los churros son una preparación dulce muy popular entre niños y adultos, para acompañar la merienda en invierno, para disfrutar cuando cae el sol o para darnos un gusto en un desayuno dominical. Para homenajear a este manjar sin fronteras, cada 11 de noviembre se festeja el Día Mundial del Churro.
Una de las teorías más conocidas dice que el churro nació en España, sin embargo, otros relatos ubican en China el nacimiento de este postre hecho a base de agua, harina, aceite y sal o azúcar, según la tradición. Los ancestros del churro serían los “youtiao” (palo frito en aceite), una tira de masa frita dorada y salada que se consumía preferentemente en el desayuno.
Con el tiempo, la receta se diseminó primero por Portugal y luego por el resto de Europa, en donde se le añadió azúcar y se cambió la presentación de la masa por la forma estrellada que se consume en la actualidad.
El nombre con el que lo conocemos es una creación española. El término churro nace por el supuesto parecido con los cuernos de la oveja churra. Los pastores españoles fueron los primeros en hacer propia la receta ya que al pasar días o semanas en terrenos aislados montañosos y no contar con pan fresco, comenzaron a utilizar esta mezcla de harina y agua en una olla con aceite que calentaban a leña.
Con el arribo de los colonizadores españoles, los churros se propagaron por el continente americano, donde cada país fue marcándoles su impronta: con chocolate, rellenos con dulce de leche o dulce de cajeta, o saborizados con distintas mermeladas. En algunas regiones el churro tiene una forma recta alargada y en otras se presenta en forma curva, en lazos o similar a una letra “U”.
Te decimos Cómo preparar churros caseros:
Lo ideal es trabajar la masa a temperatura tiba, para alcanzar mayor homogeneidad y poder moldearlos mejor. El aceite (de oliva o girasol) debe estar a temperatura media y no colocar más de cuatro churros a la vez en la sartén. Para lograr la forma estrellada será necesaria una churrera doméstica.
Ingredientes:
- Harina 0000 450 grs
- Agua 500 cc
- Sal 15 grs
- Azúcar 5 grs
- Aceite neutro 10 cc
- Polvo de hornear 5 grs (opcional)
- Azúcar para espolvorear: cantidad necesaria.
Procedimiento:
En una cacerola a fuego medio colocar el agua agregar el aceite neutro, y de a poco ir vertiendo de a poco la harina previamente tamizada y mezclada con la sal y el polvo de hornear. Revolver constantemente con una cuchara de madera. La cocción demora poco más de un minuto, hasta lograr una masa apelmazada (casi chiclosa) que se despegue de la olla.
Retirar del fuego y segur batiendo para retirar los grumos, amasar suavemente por unos 5 a 6 minutos. Si se utilizó polvo de hornear hay que desgasificar para que no exploten al momento de freír.
Antes de que se enfríe, colocar la preparación en una churrera casera y trabajar en tibio (utilizar aceite en spray para no hacer tanta fuerza y que resbale más).
Cortar los churros de 10 cm de largo y freír en aceite caliente unos 5 minutos o hasta que doren. Ponerlos en una fuente con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y espolvorear con azúcar aún en caliente para que se peguen, o esperar que enfríen un poco para bañarlos en chocolate.
Para rellenarlos es necesario un pico de churro, así se puede insertar el relleno de dulce de leche, crema pastelera o chocolate.