'Dios nunca me ha soltado de su mano'

El Padre Pepe celebrará 50 años de su Ordenación Sacerdotal, siendo ahora uno de los sacerdotes más queridos de la comunidad y los migrantes.

En próximos días, específicamente el 18 de noviembre, Monseñor José Guadalupe Valdés Alvarado o mejor conocido como el Padre Pepe, estará celebrando sus 50 años de Ordenación Sacerdotal, la cual recibió en 1972, siendo ahora uno de los sacerdotes que mantienen un gran cariño dentro de los feligreses de Piedras Negras y también de otros municipios y estados, así como también de la población migrante, quienes llegan directamente buscándolo para obtener ayuda y refugio de su parte.

La inquietud y el amor que le nació por querer ser sacerdote fue gracias al ejemplo que sus padres le brindaron, quienes solían llevar ayuda a personas de gran necesidad, casa por casa, donde él podía ver de propia mano esta acción tan noble al acompañarlos, lo que le enseño en mucho cuál carrera y profesión podría continuar con ese gran legado, aunque resalta que aún no lo ha logrado en su totalidad, sin embargo, agradece que Dios le ha dado oportunidades para poder hacerlo.

Momentos. Monseñor José Guadalupe comentó que a lo largo de estos años realmente ha tenido dificultades, por lo que no todo ha sido fácil, pues ha habido situaciones en las que a través del sufrimiento de las personas ha tenido momentos muy difíciles, recordando unos muy tristes como lo fueron las explosiones de las minas, donde él estaba al frente de una de las parroquias donde la mayoría de las familias tenían de oficio el ser mineros, lo que le dejo un gran dolor así como también los momentos de las inundaciones y los tornados que se han vivido, en sí muchas cosas que han hecho sufrir a la población a él le llega también ese dolor. Algo muy destacable en estos años ha sido su trabajo de ayuda para la población migrante que continuamente llega a esta frontera, labor que inicio gracias a que en lugar de él acudir a los migrantes, que es lo que debe hacer un pastor buscar a las ovejas, los migrantes lo buscaban a él, entonces él comenzó a buscar la forma de ayudarlos de una mejor forma por lo que gestionó iniciativas para poder brindarles algo mejor, pues para los migrantes muchas veces su trayecto hacia una vida distinta es un calvario, por lo que agradece que Dios le esté ayudando para abrirles un mejor camino, teniendo la creencia de que los migrantes, quienes son muy agradecidos, han sentido ese apoyo que les da, contándonos una muy bonita anécdota “Yo una vez le pregunte a un migrante como supo mi nombre, él me dijo que se lo habían dicho en Tapachula, Chiapas, por lo que ahora la mayoría ya llega buscándome directamente, me deja una gran satisfacción y le doy gracias a Dios que me sigue dando oportunidades para poderlos servir”.

Acciones. Mencionó que muchas de estas acciones las ha podido lograr gracias al apoyo que le ha dado la población, pues él solo no habría podido hacer nada “si te fijas en mi carro, la cajuela la tengo llena de ayuda, de víveres que han estado entregando  para los migrantes”, situación que podrá aumentar gracias a que en próximas fechas estarán entregándole el cargo de Asesor de la Pastoral Migratoria en la Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos lo cual agradece a Dios de que el Obispo Monseñor Alonso Gerardo Garza Treviño, se haya fijado en él para poder ayudarlos y tener un poco más de tiempo donde con equipos que irá organizando logrará tener una mayor estructura de apoyo.

Ministerio. Al acercarse la fecha de su celebración, el Padre Pepe dijo que lo primero que hará es agradecerle a Dios de tantos dones con los que le ha bendecido, sobre todo con las personas con las que le ha tocado tratar, pues cada una de ellas ha sido un regalo y sobre todo porque le ha ido abriendo camino en su Ministerio, a tal grado en el que las encomiendas que le ha tocado desarrollar siempre las ha sentido como una bendición de Dios, por lo que ahora en sus cincuenta años lo más importante para él es que por la gracia de Dios es lo que es como decía San Pablo, aunque no pueda decir las mismas palabras, pero se siente muy agradecido, pues esto le ha hecho realizarse como sacerdote y como persona, “que quiere decir realizarme, ser feliz, el ser feliz no quiere decir que no duela".

Atento a las necesidades de los migrantes.

Acompañado de la madre Isabel Turcio de Casa del Migrante y de niños hijos de migrantes.

Recibiendo reconocimiento como ciudadano ejemplar en el 169 Aniversario de PN con el historiador Otto Schober.

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