tomar terapia continúa estando estigmatizado pero esta practica que, día a día, ayuda a sanar a más personas.
Ir a terapia, pese a ser una actividad cada vez más común, continúa estando estigmatizado. Las series, las películas y, sobre todo, los falsos mitos que circulan alrededor de ella han contribuido a esta percepción.
Hemos crecido creyendo que el tiempo lo cura todo. Y da igual las hojas del calendario que pasemos; lejos de sanar, el malestar se aviva. O, peor aún, creemos haber sanado sin ser conscientes de que nuestros actos o la propia personalidad se ha visto afectada.
Por suerte, en los últimos años, el estigma que gira en torno a la salud mental y acudir a terapia se ha visto reducido.
Al igual que cuando nos rompemos una pierna acudimos a urgencias, la mente también necesita de cuidados y revisiones para encontrarse en el mejor estado posible. la ansiedad, la angustia o la depresión, entre otras afecciones, pueden llegar a tener su impacto a nivel físico.
Así es una mente insana es capaz de causar dolor físico. El motivo es sencillo: es la única manera que tiene la mente de advertir o manifestar que, algo, no anda bien.
Estas son las ideas erróneas sobre ir a terapia:
- La psicoterapia es para personas “locas”.
- La gente pensará mal de mí si descubren que quiero ir o voy a terapia.
- La terapia no es confidencial.
- Los psicólogos no curan; la terapia es para siempre.
- Si tienes un buen círculo de amistades o familia, no necesitas acudir a terapia.
- Ir a terapia no solo sirve para desahogarse.
- Los psicólogos solo dan consejos.
- Con solo ir, ya mejorarás automáticamente.
- Todo se soluciona con fármacos.
- No tengas miedo a cambiar; no todas las terapias son iguales.