Mientras la economía de las familias en México se ve afectada por los altos niveles de inflación, algunas personas se encuentran buscando una segunda fuente de ingresos, escenario en donde dedicarse a los servicios de reparto, mejor conocidos como delivery, podría ser una buena opción.
Motos. Acceder a un automóvil es cada vez es más complicado, pues además de que ya no es posible adquirir ningún modelo por debajo de los 200,000 pesos -según las listas de precios de las marcas-, los inventarios de modelos nuevos y usados aún siguen limitados por las disrupciones en la cadena de suministro. En este contexto, las motocicletas se posicionan como una opción asequible de movilidad individual o para ingresar a esquemas laborales, como el reparto de comida. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Fabricantes e Importadores de Motocicletas (AMFIM), este año se venderán 1,250,000 unidades de dos ruedas, cifra que podría superar las ventas de autos nuevos, que rondarán las 1,060,000 unidades, según las proyecciones de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA). Desde la perspectiva de Juan Pablo Martín del Campo, director general de la AMFIM, varios factores han impulsado el crecimiento del mercado de las motocicletas. “La pandemia generó que muchas personas no se quieran subir al transporte público por cuestiones de salud, entonces cambiaron hacia la motocicleta.