Las celebraciones de Día de Muertos son diferentes en cada zona del país.
Ya está cerca el Día de Muertos, y, con ello, la tradición de colocar altares con dedicación a nuestros seres queridos.
Papel picado, velas, incienso, comida especial, fotografías familiares, alguna copita de vino o de destilado y papel picado no faltan como parte de la decoración. Uno de los elementos que predomina siempre son las calaveritas (ya sean de azúcar, chocolate o amaranto) y los alfeñiques, figurillas de azúcar en forma de calaveras y comida como lo es un plato de muslo de pollo cubierto con mole acompañado de arroz rojo, están presentes como parte de la tradición para celebrar estas fechas.
Guanajuato, guardián de la tradición de esta “dulce escultura”
Desde unos días antes, plazas y mercados lucen los alfeñiques. Entre los lugares populares encontramos la Plaza de la Paz y Jardín Reforma en donde encontrarás infinidad de opciones.
Se trata de un dulce hecho a mano con azúcar glass y colores vegetales. Hay dos variedades de alfeñique: los suaves, elaborados con agua y azúcar; y los duros, los cuales llevan en su receta clara de huevo.
Otros manjares de temporada
Así como en la Ciudad de México, en Guanajuato tienen su versión del pan de muerto. El cual, aunque no tiene huesos, cráneo o cobertura azucarada tiene mucho sabor y dulzura.
Este pan se forma con harina, azúcar, levadura, huevo, piloncillo, manteca, leche, y un anís, una especia que le da su personalidad. Con la mezcla se forma “un cuerpo humano” con los brazos cruzados y los pies juntos. Se acompaña de “cajeta de muerto” hecha de camote, cocida en cazuela de barro o cobre a lo que se le añade guayaba o nuez, batiendo hasta obtener una crema tersa y uniforme. Esto se vierte sobre el pan de anís.Sin duda, un pan que se antoja con un café de olla recién hecho o, bien, un vaso de leche fría para la hora de la merienda o del postre después de comer.