De los más de 100 mil aficionados que acuden a la Magdalena Mixhuca para ser parte de la edición 2022 en el Gran Premio de México, hay un grupo que llama la atención.
Su pasión es grande, aunque por diversos factores no está dentro del Autódromo Hermanos Rodríguez.
Ahí, en las escaleras que llevan a la parte más alta del puente que conecta al Palacio de los Deportes con el Foro Sol, hay muchas personas que también portan orgullosas la camisola de la escudería Red Bull; sin embargo, el único sentido que los conecta con la visita de la Fórmula Uno es el oído, porque no tienen boletos para ingresar al AHR.
La misión es suicida, pero lo intentan. Llegan a la escalera con la ilusión de alcanzar a ver, aunque sea por una pequeña rendija, alguna imagen del Gran Premio de México. La desilusión los atrapa cuando comprueban que el lugar está prácticamente forrado, es un blindaje del Comité Organizador para que nadie observe la prueba sin tener boleto.
La daga ingresa a lo más profundo del corazón, pero no merma la ilusión por ser parte del GP de México. La letra del Himno Nacional se entona con la misma emoción que quienes están dentro del autódromo. Además del oído, las redes sociales se vuelven la mejor compañía. Los nervios recorren el cuerpo cuando los motores rugen y la carrera empieza.
Acá también hay gritos de apoyo a Sergio Pérez, aunque nadie presencia el rebase inicial sobre George Russell, tampoco cuando supera a Carlos Sainz y Charles Leclerc.