Carmen Beato explica que la película que protagoniza, más allá de ser una comedia sobre las madres sobreprotectoras.
Hay amores tan grandes, que de tanto bien que tratan de hacer terminan afectando al ser querido de manera negativa, eso es lo que considera el elenco de la película para HBO MAX, Mamá para rato, que estrena hoy.
“Es una cuestión a nivel mundial, las mamás italianas o las irlandesas son sobreprotectoras, cuidadosas, aunque lo de la chancla sí es muy de México”, bromeó Carmen Beato, quien junto a Gustavo Egelhaaf, José Eduardo Derbez y Tato Alexander protagonizan esta historia.
Para la actriz, interpretar a una mamá que pasa por varias situaciones de acción, es algo que la llena de orgullo.
“Estoy muy contenta, hay pocos personajes de mujeres de más de 50 años de edad a las que le pasan cosas”, enfatiza.
La historia trata sobre tres hermanos: Ofelia, Oscar y Rafa, quienes pierden a su madre, Edith, por lo que están en un duelo que pone sus vidas en pausa y les hace atravesar una regresión. Pero todo cambia cuando llega el fantasma de su mamá para arreglarles la vida.
Para Tato Alexander, el hecho de que se aborden estos temas en de la comedia es muy acertado.
“Lo interesante de la película es que no hubo un drama, fuera de que hay un papá ausente, no es una familia disfuncional y aún así hay reproches”, comenta.
José Eduardo Derbez asegura que la relación que lleva la madre con sus hijos en la cinta es entralable, por ejemplo, a Rafa, su personaje, siempre está animándolo y ayudándolo.
“El papel de Rafa me encantó, porque es actor y el personaje de Edith es la típica mamá que muchos niños actores tienen, que aunque ellos no quieran ser actores, ellas les dicen: ‘ándale hijo, eres el mejor, te van a pedir autógrafos”, cuenta.
Pero Mamá para rato no sólo es para divertir y pasarla bien, también invita a la reflexión, con temas como el desapego y dejar ir, algo que, asegura Carmen, es algo difícil de hacer, que sólo el tiempo puede subsanar.
“A las personas que se fueron, como mi hijo querido, las extraño, ya no es el dolor desgarrador pero sí se siguen echando de menos, por eso me encanta esta tradición del Día de Muertos, que se pongan las ofrendas hermosas, porque lo nuestro es colorido, alegre, es presente”.
Gustavo Egelhaaf considera que la película se trata sobre concientizar en todo lo que los papás están dispuestos hacer por un hijo, en la responsabilidad de tener en las manos la vida de otro ser humano.
“La mejor herramienta que tenemos los mexicanos para lidiar con la vida en general es la comedia, y la reflexión más importante es que ese amor (el que da una madre) no se acaba”.