Los dulces del altar, pan de muerto y los tamales son un gran factor de riesgo para personas que padecen enfermedades crónico degenerativas, es de suma importancia controlar el consumo de harinas, azucares, grasas y poder realizar actividades físicas.
Inician las temporadas festivas, con la reciente celebración del Día de Muertos en donde se disfrutan platillos típicos mexicanos, como alimentos que se utilizan en los altares, pan de muerto y golosinas, Elva Guadalupe Gonzales Valdez nutrióloga de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 9 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la ciudad de frontera, indicó que es importante moderar el consumo de platillos con gran contenido en harinas, grasas y azucares.
Sostuvo que el pan de muerto de manera tradicional contiene 417 calorías, y una pieza pequeña es equivalente a 220 calorías, una porción de 100 gramos (4.8 raciones) tiene 417 calorías, 9.2 gramos en proteínas, 53.28 gramos en carbohidratos, 17.76 gramos en grasas, 36 miligramos en colesterol, 329 miligramos en sodio, 92 miligramos en potasio y 311.6 miligramos en calcio.
Estos alimentos comúnmente se acompañan con alguna bebida, por lo que se sugiere tomar una taza de té sin azúcar o un café, que agrega solamente 5 calorías, una taza de chocolate con leche adiciona un consumo de 200 calorías, 110 si el chocolate es con agua y 166 si es preparado con leche light.
Existen nuevas versiones de panes a los cuales se les adiciona decoraciones, rellenos, cubiertas de chocolate o cajeta, fuera de los ingredientes comunes como harina, agua, levadura, huevo, mantequilla, sal, azucares, ralladura de naranja.
González Valdez hizo mención que en lo que respecta a platillos puestos en los altares como mole, asado de puerco, tamales, chiles rellenos, empanadas con levadura, mazapanes, dulces de calabaza deben consumirse con moderación y precaución.
Hay que tratar de prevenir descompensación de glucosa, crisis hipertensivas y elevación de colesterol o triglicéridos derivados al consumo alto de los alimentos mencionados, debido a su valor calórico, es demasiado recomendable el consumo ya que también se contribuye a un aumento de peso.
“para aquellas personas que tratan de buscar tener alimentación saludable, es muy importante entender que no se trata de privarse si no al contrario no abusar de las grasas y carbohidratos” indicó.
Si se quiere probar los “tamalitos” típicos de la ofrenda hay que recordar que una porción de 300 gramos contiene entre 400 y 600 calorías.
Hizo mención de que no todo es sufrir, el consumo moderado y actividad física de al menos 30 minutos de forma diaria y una dieta balanceada ayudan a mantenerse saludable y poder controlar el peso, llegando a noviembre pude que todo se salga de control ante las fiestas de fin de año.