Lucas no cambia su hogar por nada.
En Bogotá, la capital colombiana, existen historias de vida muy curiosas. Pues, al ser una ciudad con millones de habitantes, las posibilidades de conocer a alguien con un pasado o un presente particular siempre son altas.
Sus condiciones de vida fueron registradas por un youtuber bogotano llamado Thomas Pérez, quien hizo un video al respecto en su canal
‘Sin rol específico’. Fue en ese espacio digital en el que este personaje habló de cómo ha sido vivir en uno de los desagües de la ciudad desde hace ya casi dos décadas.
La casa de Lucas
Lucas contó que para poder abrir el “portón” (es decir, la tapa) de la alcantarilla, él utiliza dos barras metálicas, con el fin de levantarla. En el video se puede observar cómo logró adecuar un espacio que no supera los dos metros cuadrados, que consta de tablas y espumas, para que funcione como su cama.
Así mismo, el hombre aclaró que el sitio es tan pequeño y cerrado que se puede sentir la falta de oxígeno, al punto de que la presión dentro de su “cuarto” cuando está tapado puede simular una olla exprés. “Cuando el arroz está hecho, pita”, dijo jocosamente en el video.
El hecho de que una persona haya podido vivir en una alcantarilla por tanto tiempo es algo que parece extraño para muchas personas. En el video, Thomas le preguntó a un transeúnte sobre su opinión de este particular caso, a lo que respondió: “Yo eso por dentro no lo había visto. Muy loco para dormir ahí”.
Pero Lucas habla de las ventajas de su hogar: “Afuera le pica a usted un zancudo o un animal y le produce bacterias. Acá no. Otra cosa, cero ratas”, dice.
Explica que para impedir la presencia de los roedores, “le pongo electricidad a la pared. La rata no aguanta esa electricidad”.
El cariño de los obreros
El hombre afirmó que lo han intentado sacar de ahí con el argumento de que ese lugar le pertenece al Estado colombiano. No obstante, él aseguró que no ha sido posible, pues el espacio, según él, le pertenece a una empresa de telecomunicaciones que opera en la capital
Asimismo, Lucas contó que los trabajadores de dicha empresa lo aprecian, por lo que no lo han desalojado: “Yo soy querido para la empresa de teléfonos. -contó- Respondo por todos los cables, la fibra y las tapas de este sector”.
Poco después, Lucas decidió invitar al youtuber a su hogar, a lo que él respondió de manera afirmativa. Ya dentro, el hombre mencionó que, debido a la distribución de sus cosas, su espacio guarda semejanzas con “el camarote de un submarino o de un barco”.
¿Cómo llegó allí?
Después de mostrar el cableado que pasa por su “cuarto”, Lucas procedió a contar la historia de cómo llegó a vivir ahí: “Lo encontré (el espacio de la alcantarilla) por el sistema del desagüe, un día que hubo una inundación cuando hubo un evento en la Plaza de Toros -relató- Esto se inundó, parecía una cascada”.
Luego, contó cómo logró adecuar el lugar: “Esto estaba lleno de barro, así que me puse a limpiarlo. Primero dormí en el piso. Luego sí instalé lo que es el camarote, el tablado, el tapete y mis cobijas”.
Finalmente, el hombre relató que no ha sido fácil vivir en ese lugar; no por el espacio, sino por las personas. Según él, parte de los habitantes del sector -que son conscientes de que vive ahí- se dedica a molestarlo, por lo que él ha tomado cartas en el asunto.“Cuando yo cierro estando adentro, mucha gente viene a ‘chimbear’ (molestar) el lugar; a levantarme la puerta para que suene como una explosión. Ya perdí ese hostigamiento. Ya no salgo a decir: ‘Qué hubo, gon(…)’. Ahora me pongo mis audífonos y les digo: ‘Hagan lo que quieran’”.
Aun así, Lucas no cambia su hogar por nada.
Lo mejor de vivir allí, dice, es que “tengo salud. Y me quité la enfermedad del debola”. Cuestionado sobre cuál es ese mal, responde entre risas: “Debo la luz, debo el agua, debo la renta, debo el apartamento”…
https://youtu.be/s1rIaukGfjg