Lo que debes conocer de un gato feral y por qué no es bueno tratar de adoptarlos

Se les conoce como gatos ferales a los mininos que han vivido desde su nacimiento en un entorno silvestre o callejero, ya que eso significa que carecen del contacto humano, al no vivir en un entorno doméstico. Incluso suelen huir de la interacción con personas, eso los convierte en candidatos idóneos para adopción.

Al rescatar un gato callejero en lugar de beneficiarle se le causara sufrimiento, sin embargo, si te encantan los animales y sufres al ver michis callejeros arriesgando sus siete vidas, puedes hacer algunas cosas para cuidarlos sin llegar a adoptarlos.

Los michis callejeros o ferales suelen ser producto de la reproducción de gatitas que siempre han vivido de forma salvaje, o de aquellas que sus mismos dueños dejaron libres, de esa forma nacen gatos ajenos al entorno doméstico.

En general estos mininos van guiados por su instinto de supervivencia, llegando a comer sobras de la calle o llegando cazar, suelen ser muy territoriales y solo dejan su lugar de hábitat para reproducirse y buscar alimento, al pasar a una vivienda los gatos pueden reaccionar de forma violenta y sufrir estrés con la familia que lo adopte.

Poseen características diferentes a la de un gato doméstico, que van desde tener una vida más corta, están expuestos a enfermedades, accidentes y peleas, así como el daño que les causa vivir en la intemperie.

Los gatos ferales tienen la peculiaridad de vivir en zonas apartadas de asentamientos domésticos, como parques, ruinas y fábricas, lo que puede ocasionar problemas de salud pública.

Lo mejor que se puede hacer para ayudar a los mininos sin tener que adoptarlos es alimentarlos cerca de tu casa, así mismo es necesario buscar ayuda veterinaria para esterilizar y evitar la proliferación de gatos callejeros.

 

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