Sin duda los K-dramas son nuestra completa obsesión, ya que sus historias simplemente no dejan de sorprendernos, por eso tenemos para ti algunas propuestas para disfrutar de un gran maratón.
Hotel
del luna
Otra historia de amor que dejó confundida a más de una persona, se trata de la historia romántica de Jang Man-wol y Goo Chan Sung; la protagonista de la serie tiene que encargarse de un hotel embrujado debido a un gran error del pasado, quedando atrapada en el tiempo hasta que finalmente puede liberarse y cruzar al más allá dejando atrás todo, incluido su gran amor.
veinticinco,
veintiuno
Otra gran propuesta para el público que está cansado de las historias de amor poco reales es este dorama, que nos enseña que más allá de usar la idealización del amor lo realmente importante es todo el aprendizaje que nos llevamos a pesar de que una relación no haya funcionado, sin duda una serie que te hará sentir identificada en más de un sentido.
Holo,
mi amor
A pesar de que a simple vista parece una historia de amor muy normal entre un hombre y una mujer, en realidad ésta es una de nuestras series coreanas románticas favoritas y habla del gran amor entre Han So-yeon (Ko Sung-hee) y Holo (Yoon Hyun-min), que es un holograma con inteligencia artificial que se enamora de Han, quien es una joven mujer solitaria, por la cual está dispuesto a darlo todo.
está bien
no estar bien
Con una trama oscura y triste la mayor parte del tiempo, esta historia se centra en dos jóvenes Moon Gang Tae (Kim Soo-hyun), un enfermero que trabaja en un psiquiátrico y Ko Moon-Young (Seo Ye-Ji), escritora de libros infantiles. Este K-drama nos plantea una narrativa desalentadora que a ratos nos desafía mientras reflexionamos sobre la importancia de la salud mental.
¿era
amor?
Una gran serie que te hará entender por completo el concepto de amor, este drama se enfoca en la vida de una madre soltera, Noh Ae-jung (Song Ji Hyo), que no ha tenido citas en años y conoce a cuatro hombres que cambiarán su vida por completo y le ayudarán a descubrir que el amor verdadero es el amor propio.