La dislexia es un trastorno común entre las personas, sin embargo, no suele ser detectado o reconocido como tal o incluso hay individuos que lo padecen y no tienen el conocimiento necesario para poder aceptarlo, cuestionando las dificultades que presentan principalmente en temas de aprendizaje.
La Organización Mundial de la Salud destaca que hasta el momento solo el 10 por ciento de la población del planeta ha sido detectado con dislexia, lo que equivale a aproximadamente 700 millones de individuos. Es uno de los trastornos del aprendizaje más comunes, de origen neurobiológico y es hereditario, afecta a diversas áreas de funcionamiento, como el desempeño lector y de escritura, situación que incide en el rendimiento académico de niñas, niños y adolescentes en edad escolar, así como el laboral en adultos. Sin embargo, el resto de las personas que sufren de este padecimiento no han sido registradas como tal.
Complicación. En un sondeo que El Tiempo de Monclova realizó a diversos ciudadanos disléxicos, pudieron comentar que desde que eran pequeños sus padres solo creían que los problemas en el aprendizaje solo eran cuestión de un simple retaso educativo, aunque con el paso del tiempo, esto continuaba sin mejorías, principalmente afectando a las personas al momento de leer o escribir. Destacaron que muy comúnmente suelen ser incomprendidos peor el resto de la sociedad, pues incluso pueden recibir burlas ante dicho padecimiento. La mayoría de quienes lo padecen tienen una inteligencia normal, o por encima de lo normal. Este trastorno del neurodesarrollo genera consecuencias, dificultades y limitaciones como la deserción escolar, episodios depresivos, estrés y ansiedad, además de baja autoestima. Sin embargo, es difícil identificar porque no se acude a las instancias apropiadas.