El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que se trabaja en la creación de "puntos de suministro energético móvil para infraestructura crítica".
Ucrania impuso este jueves restricciones al consumo de electricidad para paliar antes de la llegada del invierno las consecuencias de la destrucción de un tercio de sus centrales eléctricas por bombardeos rusos.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, instó a la población, las empresas y los comercios a "ahorrar al máximo" el consumo en iluminación y publicidad.
"Incluso los pequeños ahorros de cada hogar van a ayudar a estabilizar el sistema energético del país", dijo en las redes sociales.
En la segunda ciudad más grande de Ucrania, Járkov (noreste), bombardeada durante meses, el operador del metro anunció que aumentaría los intervalos entre los trenes para ahorrar electricidad.
Según las autoridades ucranianas, un 30% de las centrales eléctricas del país quedaron destruidas por los ataques de misiles y drones de las fuerzas rusas.
Tras una reunión con las empresas energéticas, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que se estaban preparando "todos los posibles escenarios de cara al invierno" y "trabajando en la creación de puntos de suministro energético móvil para infraestructura crítica".
Bombardeos rusos y drones iraníes
Para contrarrestar la contraofensiva ucraniana en el sur y el este, Rusia lanzó la semana pasada una campaña de bombardeos contra infraestructuras, usando en algunos casos, según Kiev y los países occidentales, drones de fabricación iraní.
Rusia e Irán niegan el uso de estos aviones sin piloto, pero la Unión Europea (UE) impuso el jueves sanciones a tres generales iraníes y a una empresa acusada de suministrar estas armas. El Reino Unido se sumó a esas medidas.
"Esta es nuestra clara respuesta al régimen iraní que proporciona a Rusia drones usados para asesinar a ciudadanos ucranianos inocentes", dijo el primer ministro checo, Petr Fiala.
Ucrania se congratuló por la "rápida" respuesta del bloque. Moscú, en cambio, acusó a los países occidentales de querer "presionar" a Irán.
Bielorrusia, fronterizo con Ucrania y aliado de Rusia, está incrementando su papel en el conflicto, especialmente desde que la semana pasada anunció una fuerza conjunta con Moscú.
Las autoridades ucranianas indicaron por otra parte que veían un riesgo "creciente" de que Rusia abra otro frente desde Bielorrusia.
Bielorrusia, aliada de Moscú, ya sirvió de base a las tropas rusas cuando se inició la invasión de Ucrania, a finales de febrero.
El presidente Vladimir Putin impuso el miércoles la ley marcial en los cuatro territorios ucranianos que ordenó anexionar a Rusia: Donetsk y Lugansk (en el este) y Zaporiyia y Jersón (sur).
Las autoridades rusas pueden así en esas zonas reforzar el poder de los militares, aplicar toques de queda, limitar desplazamientos y prohibir concentraciones públicas.
Evacuación de civiles
En una de las zonas anexionadas, Jersón, las autoridades prorrusas ordenaron la evacuación de la región, ante la presión de la contraofensiva ucraniana.
El jueves, unas 15 mil personas habían sido trasladadas a la otra orilla del río Dniéper, que rodea la ciudad Jersón, capital de la región homónima.
"Créanme, todo irá bien. La región de Jersón ya está liberada para siempre del nazismo", dijo un responsable prorruso, Kiril Stremeusov, en Telegram, asegurando que las regiones de Dnipró, Odesa y Mikolaiv serían liberadas "próximamente".
En total, las autoridades de ocupación han planificado la evacuación de 60 mil civiles en Jersón en los próximos días.
Para Kiev, se trata de una "deportación masiva" que busca cambiar "la composición étnica del territorio ocupado", en palabras de Oleksiy Danilov, secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania.
En las zonas recuperadas por Kiev, los habitantes empiezan las tareas de reconstrucción. Muchos dependen todavía de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
"Más allá de esto, nada funciona", lamenta Ivan Zajarchenko, un residente de 70 años en una fila para recibir ayuda en Izium, reconquistada hace un mes.
El sufrimiento ocasionado por la guerra fue reconocida por el Parlamento Europeo, que entregó el miércoles el Premio Sájarov de Libertad de Conciencia de este año "al valiente pueblo de Ucrania".