El ejercicio físico es importante para llevar una vida saludable, sentirse ágil y retrasar el envejecimiento.
Una de las mejores maneras de mantenerse en forma es caminar, ya que es un ejercicio simple que se encuentra al alcance de todos. El debate suele darse sobre si hay que prestarse más atención a la distancia (cantidad de pasos) y duración o al ritmo de la caminata.
Durante décadas, la regla de oro a alcanzar fueron los 10.000 pasos diarios, pero en los recientes estudios científicos cuestionaron la fórmula y proponen calcular los beneficios según la edad y la condición física de cada persona. Andar 10.000 pasos implica casi dos horas de caminata al día, una meta complicada de alcanzar para la mayoría de la población.
Una investigación de la de la Universidad de Harvard, EEUU, en conjunto con especialistas de la Universidad de Hertfordshire, Reino Unido, averiguó, que hacer solo 4.400 pasos al día podría ser suficiente para prevenir las enfermedades graves.
El hallazgo surgió luego de que la experta en fisiología del ejercicio y la salud, Lindsay Bottoms, de la Universidad de Hertfordshire, explorara una investigación sobre los méritos reales del objetivo de los 10.000 pasos, que tuvo su origen en una campaña de marketing japonesa de 1965. “El objetivo de 10.000 pasos al día parece haber surgido de un podómetro de nombre comercial vendido en 1965 por Yamasa Clock en Japón”, explicó la doctora Bottoms.
Cuántos pasos se deberían dar al día
Los nuevos descubrimientos científicos concordaron que para retrasar el envejecimiento y mantenerse saludable, las personas menores de 65 años pueden andar 8.000 pasos diarios y obtener los mejores beneficios. Si bien 4.400 son suficientes para evitar patologías graves, pasar ese umbral y alcanzar los 8.000 mejorando todos los parámetros de salud.
A partir de los 65 años de edad es más complicado mantenerse en 10.000 pasos diarios, aunque algunas personas continúan con ese objetivo. En ese rango etario, algunos especialistas aconsejan 7.000 pasos cada día durante, al menos, cinco días a la semana, siempre contemplando enfermedades o dolencias de cada uno.