La cuarta victoria consecutiva del Chelsea en la Premier League le pertenece a Kepa Arrizabalaga, que lo paró todo en Birmingham, entre el asombro del público, la frustración del Aston Villa y el alivio del conjunto londinense, sostenido por el guardameta español; de nuevo protagonista en su equipo y en el fútbol europeo, otra vez definitivo para hacer buenos los dos goles de Mason Mount, que aprovechó sendos errores de su rival, y consolidar a su conjunto en la cuarta plaza de la clasificación.
En el año del Mundial de Qatar 2022, mientras se aproxima la cita que concentra todas las expectativas de todos los jugadores a lo largo de todo el mundo, Kepa recupera su sitio en el Chelsea. El lugar y la condición por la que fue fichado desde el Athletic Club, hace ya más de cuatro años, cuando estaba llamado a ser uno de los porteros de referencia de la Premier y del fútbol español. No tiene hueco en la lista de Luis Enrique desde diciembre de 2020, desde que pasó a un papel menor en el club londinense del que resurge ahora.
Un momento ilustra su actuación. Ya había observado antes el remate en el larguero de Jacob Ramsey; ya sentía la cercanía del peligro sobre su marco y ya intuía, porque así lo desprendía el panorama del partido, la ofensiva de su adversario cuando irrumpió en el encuentro de forma insuperable, cuando una triple parada suya -la primera más sencilla, las dos siguientes con dos intervenciones increíbles- lo confirmó como la figura del duelo.
Entre el despropósito defensivo del Chelsea, que dejó en mal lugar a varios de sus jugadores, como Thiago Silva o Marc Cucurella (cambiado al descanso), aún siguió la exhibición de Kepa, vital en el tramo que transcurrió entre los minutos 20 y 30, cuando intervino de nuevo ante McGinn, pero, sobre todo, cuando se multiplicó ante Danny Ings. La manera en la que voló de forma milagrosa para palmear a córner el cabezazo del atacante a un solo metro suyo elevó aún más la extraordinaria y expresiva secuencia de paradas del guardameta visitante.
Él mantuvo el 0-1 con el que Mason Mount había adelantado al Chelsea en el minuto 6, beneficiado decisivamente por el fatal despeje de Tyrone Mings. Su tremendo error dejó el balón entre él y el portero, en las botas del atacante para empujar de volea, con el interior del pie derecho, el primer gol del equipo londinense, que después zozobró y sufrió un buen rato en cada sector del terreno de juego, menos en su portería, con Kepa.