En Girona pasan las horas tras el duelo ante el Cádiz y siguen sin entender por qué se anuló el tanto en propia portería de Juan Cala. Era el 1-1 en el minuto 73′. Lo cierto es que se vivieron minutos, primero de desconcierto por saber qué se debía verificar, y después polémicos y de ira en Montilivi. La grada se encendió cuando se decretó que el tanto no iba a subir al marcador y en el estadio se escucharon gritos de ‘manos arriba, esto es un atraco’.
‘Taty’ Castellanos, protagonista de la acción, no dio crédito desde el terreno de juego y es que se consideró que él había agarrado a Cala, cuando fue el Pacha el que estorba y se aferra a la camiseta de Cala, instantes antes que el central introdujera, de chilena, el balón en su portería. El árbitro De Burgos Bengoetxea señaló gol en un primer momento, pero a los segundos, desde el VAR se le instó a ver la acción por televisión. A cámara lenta se observa como, en el inicio, Cala y Castellanos se agarran mutuamente de forma liviana, pero en los últimos pasos los dos jugadores ya están separados. Cala fue vehemente en sus protestas tras el tanto, aunque hubo una imagen, la frontal, que deja muchas dudas sobre si Castellanos hace realmente falta porque se le ve con los brazos recogidos. Tanto el banquillo gerundense como los jugadores del Girona mostraron su malestar, pero tampoco perdieron un tiempo excesivo en las protestas porque sabían que no iban a obtener nada bueno y había tiempo por delante para igualar el 0-1 de Álex Fernández, algo que llegó, de penalti, gracias a Stuani en el 101′.
Míchel fue cuestionado por este tanto anulado en la rueda de prensa posterior al duelo y no quiso buscar excusas: “Son decisiones del árbitro, podía pitar gol o no, pero no es una decisión que piense que nos ha perjudicado gravemente”, apostilló.