Esta decisión no solo evita la reproducción, sino que también implica otras ventajas importantes para la vida del animal
Tener a un gato de mascota es una de las grandes bendiciones de la vida, entre otras cosas, porque nos brinda múltiples ventajas para la cotidianidad. Sin embargo, también es una decisión que conlleva gran obligación.
Los cachorros indeseados que suelen llegar al mundo por la irresponsabilidad del ser humano son el principal motivo de abandono. Un evento tan triste nos obliga a encontrar soluciones. Así las cosas, la forma más sencilla.
La castración en el macho evitará las escapadas de vagabundeo y las camadas indeseadas, mientras que el marcaje con orina desaparecerá en un 80% o en un 90% de los gatos. Del otro lado, disminuirá la tendencia de los machos a pelearse con otros pares y el riesgo de recibir mordiscos o arañazos que pueda arriesgar su salud. Adicionalmente, con esta decisión evitaremos que aparezcan como tumores prostáticos y testiculares.
En cuanto a las hembras, el proceso de castración evitará obviamente que entren en celo e impedirá embarazados indeseada. A su vez, disminuirá la aparición de infecciones del útero y de tumores mamarios. Es un mito que las hembras deban tener como mínimo un parto antes de ser castradas, ni que pierdan vitalidad, inteligencia o ganas de jugar por la mera castración. Lo que sí es verdadero es que nuestro gato podría llegar a aumentar de peso, lo que se puede evitar con ejercicio físico y con una alimentación adecuada.
La castración quirúrgica es la mejor solución para los problemas que puede conllevar el celo tanto en machos como en hembras, además de ser la única forma de asegurarnos de que no lleguen gatitos no deseados al mundo, incrementando así la peor forma de maltrato animal, que es el abandono.
Esta decisión no solo evita la reproducción, sino que también implica otras ventajas importantes para la vida del animal
Tener a un gato de mascota es una de las grandes bendiciones de la vida, entre otras cosas, porque nos brinda múltiples ventajas para la cotidianidad. Sin embargo, también es una decisión que conlleva gran obligación.
Los cachorros indeseados que suelen llegar al mundo por la irresponsabilidad del ser humano son el principal motivo de abandono. Un evento tan triste nos obliga a encontrar soluciones. Así las cosas, la forma más sencilla.
La castración en el macho evitará las escapadas de vagabundeo y las camadas indeseadas, mientras que el marcaje con orina desaparecerá en un 80% o en un 90% de los gatos. Del otro lado, disminuirá la tendencia de los machos a pelearse con otros pares y el riesgo de recibir mordiscos o arañazos que pueda arriesgar su salud. Adicionalmente, con esta decisión evitaremos que aparezcan como tumores prostáticos y testiculares.
En cuanto a las hembras, el proceso de castración evitará obviamente que entren en celo e impedirá embarazados indeseada. A su vez, disminuirá la aparición de infecciones del útero y de tumores mamarios. Es un mito que las hembras deban tener como mínimo un parto antes de ser castradas, ni que pierdan vitalidad, inteligencia o ganas de jugar por la mera castración. Lo que sí es verdadero es que nuestro gato podría llegar a aumentar de peso, lo que se puede evitar con ejercicio físico y con una alimentación adecuada.
La castración quirúrgica es la mejor solución para los problemas que puede conllevar el celo tanto en machos como en hembras, además de ser la única forma de asegurarnos de que no lleguen gatitos no deseados al mundo, incrementando así la peor forma de maltrato animal, que es el abandono.