En uno de sus actos, el cantante español recordó el asesinato de una mujer en Irak por la policía del país de Medio Oriente.
Pese a la gran convocatoria del cantante Miguel Ríos, minutos antes de arrancar el concierto que marca su regreso a México, el Auditorio Nacional lucía aún con cientos de asientos vacíos.
Sin embargo los miles de seguidores asistentes comenzaron en punto de las 8:40 a pedir la salida del Rockero al escenario.
Las luces se apagaron, presagiando por fin la salida de Miguel junto a The Black Betty Trío. "¡Oe oe oe Ríos Ríos!" corearon los presentes.
Y ante la salida de Miguel los gritos estruendosos dieron la bienvenida al ritmo de un rock and roll al artista español, seguido por "Bienvenidos hijos del rock roll", que puso a bailar a los miles de asistentes en el Auditorio "Bienvenidos" los hizo gritar, finalmente Ríos prendió a sus seguidores.
Acompañado por un guitarrista acústico, un piano vertiginoso (de cola), un ágil violín y un segundo guitarrista melódico Ríos puso a bailar a su público.
"Bienvenidos al prestigioso Auditorio Nacional es un placer volver a la ciudad más grande de Latinoamérica, la ciudad que mantiene un idilio continúo con la modernidad y la historia, los considero mis mecenas, os agradezco que estéis aquí", expresó para continuar con un blues.
Tocó algunas canciones de los discos que vendía en su juventud; Almacenes Olmedo, Tin Tops e incluso Enrique Guzmán determinaron sus influencias para crear.
"Ellos me enseñaron que se podía vivir de este oficio, y me inspiraron a migrar añorando siempre a mi paraíso, Granada", recitó Miguel Ríos antes de recordar con otro tema a su tierra natal.
Pero después de tanto rock ando roll, finalmente uno de los temas de la noche apareció "¿Qué les parecen unas baladitas?", preguntó Miguel y lanzó ante la ovación del público el tema "Y todo a pulmón".
Al finalizar los aplausos y agradecimientos duraron alrededor de un minuto "¡Ríos, Ríos, Ríos!", gritó el público, el climax del concierto había llegado.
Luego Miguel tomo un momento para dedicar un mensaje a Samah Mini asesinada porque no tenía bien puesto el pañuelo que tenía en la cabeza por la policía en Irak.
"No estás sola, no tengas miedo, te queremos confortar", decía el tema que dedicó Miguel Ríos a la mujer asesinada, y recordó: "Cuando una mariposa vuela en Japón, hasta aquí llega el ciclón".
Asimismo, previo al final de su presentación, Miguel recordó la guerra de Ucrania, y dedicó su tema "La Estirpe de Caín" a capela.
"En el tiempo de la guerra de irán nos íbamos a dormir tranquilos con la conciencia tranquila, habíamos intentado parar la guerra, hoy nadie hace nada", expresó.
Pero no podía despedirse de su público mexicano de otra manera que no fuera con uno de sus temas más populares, "Santa Lucía".
"Gracias por sus aplausos adictivos", se despidió Miguel Ríos, para partir al Teatro Diana en Guadalajara donde será su siguiente concierto.