Mario Vargas Llosa, ganador del Nobel, perseguido por la prensa del corazón sobre el escándalo de Tamara Falcó

Mario Vargas Llosa fue perseguido por el escandaloso rompimiento de Tamara Falcó, hija de su novia Isabel Preysler.

El estrepitoso rompimiento de Tamara Falcó, marquesa de Griñón, con Íñigo Onieva debido a una infidelidad cometida por el ingeniero puso a trabajar sin descanso a la prensa del corazón desde hace dos semanas, cuando un video desenmarcaró al hombre que estaba a punto de convertirse en yerno de Isabel Preysler, la 'reina de corazones'. 

Desde entonces, los micrófonos no han parado de perseguir a Tamara, a sus amigos y familiares en busca de más revelaciones sobre su vida, que dio un giro inesperado ya con anillo de compromiso en mano.

Y como la noticia no para, ahora le tocó al turno a Mario Vargas Llosa de ser perseguido por la prensa del corazón. El ganador del Nobel de Literatura "por su cartografía de las estructuras del poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, rebelión y derrota del individuo", fue captado en España casi recién llegado de su natal Perú, a donde viajó para inspirarse en su siguiente libro.

Cuando se despató la infidelidad de Íñigo contra Tamara, el autor de obras como "La Fiesta del Chivo", "La tía Julia y el Escribidor" y "La Ciudad y los Perros" no estaba en España, sino en Arequipa, donde nació hace 86 años, pero a su regreso, el laureado escritor fue captado en un hospital español que visitó para mantener controlado su estado de salud.
 
"Mario, buenos días, ¿qué tal está? ¿qué tal en Perú?", le preguntó un reportero que ya lo esperaba en la entrada del lugar, mientras Vargas Llosa solo atinó a caminar más rápido para escapar de la cámara.
 
"¿Cómo ha visto a Tamara en todos estos días?", le volvió a preguntar el reportero de "Europa Press". "¿Cómo la encuentra?", y Mario Vargas Llosa respondió: "No la he visto, no". 
 
Lo sorprendente de su declaración es que Tamara Falcó y él viven bajo el mismo techo, es decir, en la misma casa propiedad de Isabel Preysler, ubicada en Puerta de Hierro, pese a que él tiene su propio departamento.
 
Al huir de la cámara y el micrófono, Mario Vargas Llosa caminó lo más rápido que pudo con la ayuda de su bastón.

 

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