El comportamiento de la deuda mexicana ha sido resultado de una política fiscal restrictiva del Gobierno Federal.
Saltillo, Coah. (Más Información).- Durante la primera mitad de 2022, los conflictos geopolíticos han prolongado los efectos de los choques económicos provocados por la pandemia y acentuado algunos de ellos, como el desabasto de insumos industriales, un menor ritmo de crecimiento en la actividad económica global y mayores presiones inflacionarias, señala un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas.
La respuesta a este ambiente, en especial a la persistencia de las presiones inflacionarias y el riesgo de desanclaje de las expectativas sobre el comportamiento de los precios, por parte de los bancos centrales de economías emergentes y avanzadas, ha sido el endurecimiento de su política monetaria, elevando las tasas de interés de manera significativa, incluido México.
Las expectativas para el resto de 2022 prevén que continúe un ambiente de incertidumbre, con riesgo de un menor dinamismo económico, mayor inflación y elevación de las tasas de interés.
Sin embargo, a pesar de esto, y después de que en el último semestre de 2021 la actividad económica mexicana registrara una expansión de 0.1 por ciento con respecto al semestre anterior, en el primer semestre de 2022, la economía mexicana sorprendió positivamente al aumentar 1.8 por ciento semestral, con datos ajustados por estacionalidad.
Junto a este proceso de recuperación económica mejor al esperado, México ha sido reconocido internacionalmente por mantener uno de los niveles de deuda más bajos, respecto al Producto Interno Bruto (PIB), entre los países de América Latina y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Para fines de 2022 se estima que el saldo de la deuda neta del sector público alcance 51.0 por ciento del PIB.