Confiar en Dios es al fin de cuentas el deber de las personas, es propio de las criaturas.
Docenas de feligreses asistieron a la misa dominical en la Capilla Santiago Apóstol de Monclova con el objetivo de escuchar las palabras emitidas por el vicario Juan Francisco.
El vicario manifestó que se hace la invitación a las personas a reflexionar sobre la fe, pues es creer y confiar, es la virtud infundida pro Dios en el entendimiento por lo cual se asiente firmemente a las verdades divinas reveladas por la autoridad o testimonio que el mismo Dios que revela.
Destacó que Dios ha dado la inteligencia necesaria para poder tener la capacidad de buscarlo y encontrarlo.
Fidelidad. El señor es fiel y siempre cumple, por eso hay que pensar en cada momento que los “si” que él da son una bendición y los “No” son una protección para dar algo más grande, sin embargo, no a la manera en la que persona lo quiera y en el momento en el que lo anhele, si no en el momento que Dios lo disponga para la salvación.
La fe es creer en el señor, en sus palabras y promesas, creer en lo invisible y que aún no es, pero creerá en lo que no se puede ver, aunque exista.
Lealtad. “Cuántas veces si nos va mal pensamos en que Dios no existe y no nos quiere, cuando en cambio él ha dicho que, aunque una madre se olvidara del hijo de sus entrañas, yo no me olvidaré de ti. El señor ha prometido estar con la humanidad todos los días hasta el fin del mundo”, destacó el vicario.
Fuerza. Dice Jesús en el evangelio “si su fe fuera aún tan pequeña como una semilla de mostaza, podrías decirle a un árbol frondoso que se cambiara de lugar los obedecería”.
Esa es la fuerza de creer, estar convencidos de lo que parece invencible, de lo que no se ve, la fe no es certeza, confianza o comprobación, si no, seguridad. Pero para tener confianza hay que seguir lo que Jesús dice en el evangelio, es decir que la base de la fe es el fundamento de la certeza, pues Dios es creador y las personas criaturas.
Confianza. Creer en dios es al fin de cuentas el deber de las personas, confiar en quien creó todo, es propio de la criatura, lo lógico es confiarse y ponerse en las manos de creador, al final de la vida si se confía en el señor solo se habrá hecho lo que era correcto.
Hay que permitir que el señor conduzca la vida de las personas y su rumbo, pues el es el que tiene la respuesta a todo.